Hola:
Hoy tengo uno de esos días “filosóficos” en los que me ha
dado por cavilar sobre las gansadas esas que no le interesan a nadie más que a
mí y que hacen pensar a mis amigos y familia que estaría mejor en un frenopático
que andando por la calle sin vigilancia ….. en fin….¡Ya me conocéis!.
He visto una cosa en Facebook sobre las perspectivas y me ha
dado pie para hablar sobre una característica que tenemos los humanos (no está
demostrado todavía que las arañas, por ejemplo, tengan ese mismo
comportamiento) que consiste en cambiar de forma de pensar dependiendo del
sitio que ocupemos en ese momento.
Me explico con un par de ejemplos:
Si uno es un peatón que va a cruzar un paso de cebra y los
coches no paran, jurará en todos los idiomas contra los conductores maleducados
pero, un minuto después, ese peatón cogerá un coche y casi seguro se impacientará
porque los peatones no pasan con la suficiente rapidez el paso de cebra y echará
pestes contra la falta de sensibilidad de esos ….
Si uno es un empleado, pensará que la instrucción de su jefe
sobre controlar el tiempo de bocadillo es porque es un sádico malicioso que
solo piensa en putear a sus subordinados pero, esa misma persona, en cuanto le
ascienden y tenga que empezar a dar cuenta de los resultados de su gestión,
pensará que los vagos de sus empleados pierden el tiempo indecentemente en el
bocadillo y que eso le cuesta tropecientos Euros al mes a la empresa.
Fijaos que, en ambos casos, estamos hablando de la misma
persona y que, puede no haber pasado casi tiempo entre los dos escenarios, o
sea que solo ha cambiado la perspectiva con la que ve el mismo hecho.
Este hecho, Wikipedia por medio habemus, se conoce como LEY
CAMPOAMOR y se basa en el famoso poema de Don Ramón de Campoamor que contiene
la frase “En este mundo traidor, nada es verdad ni mentira……”.
La conclusión de todo esto es, para mí, obvia. No se puede
emitir un juicio absoluto sobre nada sino que solo se puede opinar “en ese
momento y circunstancias” librándose como de mearse en la cama de pensar que
uno tiene la razón absoluta no vaya a ser que 5 minutos después tengas que
defender la postura contraria y quedes “como un cochero”.
¡Y si no estáis de acuerdo conmigo es que estáis
equivocados! …….. o no.
Un abrazo,
Esteban