MI BLOG DE COCINA

miércoles, 2 de marzo de 2016

LAICISMO O ACONFESIONALIDAD

Hola:

El post de hoy viene a cuento de un artículo leído en el diario “El Correo” sobre un borrador de proyecto de Ley del Gobierno Vasco que “obligaría a reservar suelo para centros de culto”.

Vaya por delante que no estoy de acuerdo con esta proposición y para explicarme, primero tengo que diferenciar entre dos términos que, a menudo, se confunden como son el “LAICISMO” y la “ACONFESIONALIDAD”.  

A mi, personalmente (y mira que en otras cosas les doy cera de lo lindo) me dan envidia los franceses ya que definen su estado como LAICO, es decir, totalmente independiente de cualquier confesión religiosa, mientras que la Constitución Española, tal como está redactada en el Titulo I, Capítulo 2º, Sección 1ª, Artículo 16 se define (aunque no con estas mismas palabras) como ACONFESIONAL, es decir, que no reconoce como preponderante a ninguna de las religiones…. pero tampoco las ignora. Es más, en España, ni siquiera el “aconfesionalismo” es real ya que la religión católica es preponderante en todos los aspectos, citándose también en propia Constitución.

En mi opinión, la Religión entra en el ámbito de lo privado y el Estado está en el ámbito de lo público (de ahí lo de REPUBLICA que viene del latín derivado del término “res publica”, lo que traducido sería como “cosa pública” o  “lo público”). Mezclar ambas cosas es como mezclar el vino con el agua lo que, de dos cosas potencialmente buenas, saca una cosa mala.

Si la gente que quiere seguir una religión, la que sea, será cosa exclusivamente suya y, por lo tanto, que se busquen su suelo (de acuerdo con las leyes que regulan los centros donde se acogen multitudes, o hay música, o………), que reparen sus templos con los fondos que recauden entre sus feligreses, y que pague sus impuestos ……. religiosamente por cierto.

Se me hablará de “la obra social de la Iglesia” y yo diré que se le subvencione como a cualquier otra ONG. Se me dirá que muchos edificios de la iglesia son bienes de altísimo interés cultural y yo diré que, entonces, pagaremos todos pero ellos no podrán cobrar entrada (como hacen en la mayoría de las catedrales). Se me dirá que la mayoría de los españoles son católicos y yo diré que eso, en concreto, me importa un bledo y que yo no quiero que, de mis impuestos, se dé un solo euro a una iglesia que, salvo momentos brillantes (con la Teología de la Liberación) tiene una historia pasada cruel (acordémonos de la Santa Inquisición) y un presente bochornoso (acordémonos de los constantes casos de pederastia).

En fin, que entre los cambios que se deberían hacer a la Constitución (y no lo he visto reflejado, como tal, en el acuerdo entre PSOE y C’s) es el de convertir a España en un estado LAICO y dejarse de más cuentos y prebendas a la jerarquía mitrada y purpurada.

Y que conste que lo mismo me da si en vez de mitra llevan turbante, gorro cónico o una cinta en el pelo.

Un abrazo “por el laicismo”,

Esteban