MI BLOG DE COCINA

jueves, 15 de enero de 2009

20 AÑOS NO ES NADA

No podía ser de otra manera. Cuando la actualidad (triste, horrenda, vergonzante, increíble…. hoy se me acaban los adjetivos), manda, pues manda y no hay nada más que hacer. Hoy toca meterse en el barro hasta los ijares y apechugar con lo que venga.
El titular de hoy es: “20 años para los torturadores de Alba” y hace referencia a la sentencia impuesta, por la Audiencia de Barcelona, a la madre y su compañero sentimental, de la niña Alba, que a los 5 años, sufrió el infierno en la tierra, por todas las vejaciones y torturas a las que le sometió su padre ante la indiferencia de su madre. La niña, además, ha quedado incapacitada de por vida no pudiendo hablar ni andar. Y supongo que, además, ha quedado incapacitada de por vida para amar y confiar en sus semejantes.
Hay tres factores que hacen de este “crimen” (no puedo calificarlo de otra manera) especialmente cruel. En primer lugar el delito es “tortura y vejaciones”, ya de por sí, un delito abominable, quizás el más abominable de todos. En segundo lugar, el delito se comete contra un ser indefenso, una niña de 5 años ¿se puede concebir mayor cobardía?. Por último, el delito es cometido por las personas que debieran tener mayor interés y responsabilidad en evitarlo, que son los padres.
El compañero sentimental de la madre (que no es el padre biológico) ha sido condenado a 22 años como “autor material” pero la madre solo ha sido condenada a 20 años “por ser conocedora de los hechos y no evitarlos o denunciarlos”. Luego comentaré mi opinión sobre la longitud de las condenas pero no logro entender por que la madre ha sido condenada a una pena menor que el hombre. Yo, por mi parte, la hubiera condenado a una pena mucho mayor. El, puede ser un “jodido sádico” pero, la madre, “una madre” ¿Cómo puede ver sufrir a su hija sin hacer nada?
Ya sabéis que, en ningún caso, voy a defender la pena de muerte pero, esta gente no puede quedar libre en 20 años (menos si se les aplican beneficios penitenciarios), esta gente debiera acabar sus días en la cárcel. No pueden ni deben volver a mezclarse con el resto de seres humanos, la mayoría de los cuales son “hombres de bien”.
Como dije en otro post, solo puedo pensar que estos “sujetos” están enfermos, muy enfermos, ya que si no fuera así, mi fe en el género humano desaparecería del todo y ¡yo quiero creer!.
Un abrazo “horrorizado”
Esteban