Hola:
Os imagino a todos entrando ávidamente en el blog y saliendo, después, cariacontecidos porque otra jornada se había consumido y nada nuevo había sido publicado. Casi puedo escuchar las maldiciones, lanzadas al cielo, al comprobar que vuestro maná espiritual, largamente esperado, os seguía siendo negado..... y, a todo esto yo, tranquilamente, tomando el sol y dado largas caminatas por esas carreteras de alguna parte. Pero, como ¡no hay mal que cien años dure! (..... ni cuerpo que lo resista), he vuelto con vosotros ¡No penéis más!.
No se is os pasado alguna vez el despertaros, por la mañana, con una tonada en la cabeza y no conseguir deshaceros de ella en todo el día. Pues es lo que me está pasando a mí hoy. No puedo sacar de mi cabeza una canción que no recordaba hace muchos años (debe ser cierto que a edades provectas, como la mía, es más fácil recordar lo de hace 30 años que lo de ayer). El caso es que la canción de marras, que todavía ando tarareando sin darme cuenta, era un viejo himno que cantábamos en las "manifas" del post-franquismo temprano, que decía "unidos en la lucha, ¡no nos moverán!" y que conseguía subirnos la adrenalina cuando la oíamos interpretada por Joan Baez.
Es posible que sea un nostálgico "de tomo y lomo" pero me he pasado toda la mañana meditando y he llegado a la conclusión de que "cualquier tiempo pasado................ ocurrió antes que el presente". No creáis, me ha costado un riñón llegar a esa sesuda y aparentemente obvia conclusión. Sin embargo, a pesar de mi conclusión anterior, y solo en algunas cosas, tengo añoranza del pasado. Añoro, como sabéis, el espíritu que nos unió, a los demócratas, contra los rescoldos de la dictadura. Recuerdo con cariño aquel idealismo ingenuo, aquellas ganas de cambiar el mundo, aquella certeza de que si todos apretábamos en la misma dirección conseguiríamos romper L'estaca que, como cantaba Lluís Llach, estaba ya podrida.
Que nadie se me ofenda (ya que no es mi intención y, si alguien no está de acuerdo conmigo, es libre de pensar que escribo desde el desvarío producido por mi anclaje en el pasado) pero los movimientos sociales surgidos en los últimos años (11-M, PODEMOS, etc.) me resultan bastante "descafeinados" en comparación con los de aquellos tiempos, que yo viví. Es como si estuviéramos comparando al Cordobés, de faenas gloriosas, con un torero "de salón" de una capéa pequeño-burguesa.
En fin, que espero poco del futuro pero, al menos, ya que no hay visos de que "los pasados tiempos mejores" vuelvan a renacer, me gusta que haya un poco de "movida" que revuelva nuestra tediosa política. ¡A ver si nuestros políticos "tradicionales" se despiertan y se dan cuenta que la poltrona que están ocupando está ya apolillada y se les puede convertir en polvo debajo de sus posaderas!.
Un abrazo "nostálgico",
Esteban