MI BLOG DE COCINA

sábado, 3 de enero de 2009

LOS HIJOS DE SEM

Quiero que las primeras líneas de este comentario sean para desearos un FELIZ AÑO 2009 , en el que espero se cumplan todos vuestros sueños. Vuelvo al blog, después de unos días de inactividad forzosa (me olvidé la conexión móvil a Internet y no he podido conectarme en estos cuatro días), con un mono de “no te menees” y con ganas de volver a estar con vosotros.

Desgraciadamente, la noticia que voy a comentar hoy no tiene nada de agradable ni jocosa. Llevo varios días viendo en los informativos de TV, con verdadero horror, como caen bombas sobre población civil en Gaza y, no me que da más remedio que hablar sobre ello. El titular de hoy es: “El fuego de artillería israelí comienza a caer sobre la Franja de Gaza”. La noticia se refiere al comienzo del ataque con artillería pesada y fuego de tanques (hasta ahora “solo” había habido ataques aéreos) del ejército israelí, que supone una nuevo paso en el conflicto armado en la zona y que, sin duda, es el prolegómeno del ataque terrestre sobre las posiciones palestinas.

Antes de seguir, os agradecería que tuvierais la paciencia de leer este post hasta el final. Ya se que me extiendo demasiado con los preliminares pero, en este caso, me interesa mucho dejar clara mi opinión.

Yo conozco bastante bien Israel (he viajado allí a menudo por trabajo) y siempre he simpatizado con su situación. Es un pueblo con un tesón envidiable que, independientemente de la ayuda recibida (que ha sido mucha), supo sacarse un estado “de la manga” contra todo pronóstico. Nadie daba un duro en el año 1947 por la supervivencia del Estado de Israel, rodeado como estaba de enemigos por todos los costados. Sin embargo, a fuerza de trabajo y sufrimiento, consiguieron no solo sobrevivir sino crear un estado que es uno de los poderes del oriente próximo con un potencial militar absolutamente incontestable (incluyendo la posesión del arma nuclear). He admirado su capacidad de aguantar una situación de excepción permanente, en la que todos sus ciudadanos, hombres y mujeres, son soldados permanentemente movilizados y van a servir en el ejercito todos los años, pero no como nosotros que nos íbamos a una mili a pasar unos meses de campamento, sino que van “a la guerra” literalmente.

Por otra parte, no puedo decir lo mismo de lo que sentía por el mundo árabe. Debo reconocer que mi conocimiento de los árabes y sus países es notablemente inferior (aunque he visitado Egipto, Argelia y Marruecos). Siempre los he visto con un cierto miedo ya que, como sabéis, los fundamentalismos no me gustan mucho y hay que reconocer que, por mucho que los “arabistas” nos lo quieran vender, la facción religiosa que prima en el mundo árabe, no es precisamente la de la España de “Al-Andalus” con su famosa tolerancia por las otras religiones. A esto hay que añadir que, después de las últimas elecciones palestinas, el hecho de que el triunfo se decantara por HAMAS (que no son precisamente seguidores de Teresa de Calcuta), todavía hizo que me inspiraran más desconfianza. No puedo borrar de mi cabeza los gritos de júbilo de los palestinos en las calles cuando “lo de las torres gemelas”.

Sin embargo, después de todo lo anterior debo decir que:

No entiendo el odio entre Judíos y Palestinos. Ambos pueblos son “semitas” y, como tales, hermanos de sangre.

No entiendo que el Estado de Israel, que representa a un pueblo que sufrió un genocidio como no se ha conocido otro en la historia, sea capaz de masacrar a otro pueblo de esta manera tan cruel sin acordarse de su pasado.

No entiendo que la comunidad internacional permanezca callada ante esta situación, haciendo el “Tancredo” con un cinismo y una doble moral que da verdadera repugnancia.

Sigo y seguiré teniendo mis simpatías e antipatías y creo que nadie debe ofenderse por ello, lo mismo que yo no me ofendo por las de los demás pero, sin embargo, no puedo justificar en modo alguno el genocidio que Israel está cometiendo con el pueblo palestino, que tiene (y todos debiéramos ayudarles a que fuera realidad) el mismo derecho que cualquier pueblo a sobrevivir.

Hacía tiempo que no ponía el “megáfono” ya que me llegué aburrir de “clamar en el desierto” (no puedo decir que no hubo quien me aviso de esto) pero creo que, esta vez y en este momento, merece la pena, por dignidad, el lanzar un grito aunque nadie lo quiera oír.

Señores que mandáis en Israel: Parad este genocidio de una vez y buscad la forma de vivir en paz con vuestros vecinos.

Un abrazo “horrorizado”

Esteban

viernes, 26 de diciembre de 2008

RAYAS EN LA CALZADA

Bueno, ya se ha pasado la Navidad y entramos en la semana de “impass” hasta que nos llegue la Nochevieja. Yo me he tomado unos días de muy merecidas vacaciones (que si no me lo digo yo no me lo dice nadie) que me deben servir para hacer por fin esas chapuzas en casa (largamente olvidadas), ordenar mis papeles (que son un verdadero desastre) y, si me queda algo de tiempo, atender un poco al blog (que lo tengo bastante desatendido, lo reconozco). Así, que para empezar por algo agradable (es que lo de las chapuzas me da miedo y lo de los papeles pánico) he decidido atender al blog (que eso si me gusta). Al releer este párrafo me he dado cuenta que me van a dar el 1º premio al “parentesisero” del año.
La noticia de hoy parte del siguiente titular: “600 peatones fallecen atropellados cada año fuera de los pasos de cebra”. La noticia se refiere a España, claro está, e indica que somos el páis europeo que tiene el dudoso honor de encabezar la lista de atropellos de estas características. Por lo visto, en España, el 92% de los atropellos de peatones se producen “fuera de los pasos de cebra” mientras que en el resto de Europa la cosa va por el 77%. Lo curioso del caso es que la mayoría de los atropellos se producen cerca de cruces señalizados, con buena visibilidad y buenas circunstancias climatológicas y con conductores implicados que no presentan alcoholemia ni síntomas de cansancio al volante. En otras palabras, en la mayoría de estos casos, el culpable es el propio peatón.
Podría hablar aquí de temas como “la mala ubicación de los pasos de cebra”, “la deficiente cultura en seguridad vial imperante en este país”, etc. y me hubiera salido un artículo sumamente técnico y documentado pero más aburrido que un tomo del Dicionario Enciclopédico Abreviado de Espasa-Calpe pero, voy a enfocar el tema de otra manera, que creo explica mejor el asunto.
Yo creo que la causa fundamental de este hecho es una característica peculiar, que compartimos todos los ciudadanos de este país y es “la alergía a la autoridad y las normas establecidas”. Los españoles (y aquí hay que decir que los vascos tenemos un índicador similar en este apartado) somos un pueblo que no nos gusta ceñirnos a las normas y que inventamos mil maneras de saltárnoslas. Lo mismo cuando hablamos de pagar a Hacienda o de echar la basura en los contenedores adecuados que, como en este caso, cruzar las calles por las zonas señalizadas. No nos gusta que nos impongan normas y, la mayor parte de las veces, las infringimos no por necesidad sino por rebeldía.
No hay más que fijarse en cualquier calle de cualquier ciudad de este país y ver a gente cruzando la calle por cualquier sitio a escasos metros de un semáforo o, incluso, cruzando por el semáforo pero cuando este está en rojo para los peatones. No es que tengamos prisa, sino que nos fastidia que nos digan lo que tenemos que hacer y lo que no.
Este país, por el que pasaron todos los ejercitos conquistadores de todas las potencias de la antiguedad (fenicios y cartagineses, romanos, árabes, godos, franceses ….) nunca aceptó la dominación de ninguno de ellos y solo sucumbió por la pura fuerza bruta y después de haber infringido derrotas sangrantes a todos los que intentaron conquistarlo. Creo que la herencia Celta e Ibera aún perdura en nuestros genes y, seguramente, sea la causa última de que no usemos los pasos de cebra (esta teoría la voy a enviar a la revista “Nature” a ver si me la homologan).
Supongo que mucha gente me tachará de loco, irresponsable o de insensible con las victimas (a cuyos familiares pido perdón de antemano) pero yo digo que estas muertes son el precio que pagamos por nuestra independencia de carácter y libertad de criterios que, ¡ojalá nunca perdamos!. Dejo para cada uno la reflexión de si es un precio asumible o demasiado alto.
Un abrazo “rebelde”
Esteban

domingo, 21 de diciembre de 2008

LA EUSKALDUN-ISLAMIZACION

Hola:

A veces, cuando escribo artículos como el de hoy me entra pánico. Tengo miedo de meter la pata, miedo de ser “políticamente incorrecto”, miedo de no saber dar el enfoque correcto y también miedo de no ser capaz de transmitir, con palabras, lo que realmente siento. Recuerdo una canción, creo que de Victor Manuel que decía algo así como “dejo sangre en el papel…..” y de verdad, a veces me parece que eso es lo que estoy haciendo. Eso y desnudar mi alma delante de desconocidos. Si, ya se que pensaréis “que teatrero se nos ha vuelto Esteban” pero, cuando conozcáis el tema de hoy, espero que cambiéis de opinión.


El titular es: “El Islam entra en las aulas vascas”. El artículo, leído en el periodico –El Correo-, habla de Nouzha Abou-Salama, profesora contratada por el Ministerio de Educación, para dar clases de “religión islámica” en tres escuelas de Vizcaya (en Berriz, Munguía y Bilbao). A Nouzha, que habitualmente usa el Hiyab islámico (el famoso pañuelo que cubre la cabeza), no se le pueden negar sus conocimientos ya, además de ser licenciada en Filología Arabe, y por lo tanto además de hablar árabe, habla otros cuatro idiomas (Francés, Ingles, Catellano y Catalán). El hecho es que, en Vizcaya, aparentemente, ya hay suficientes alumnos de origen árabe (fundamentalmente magrebíes) para justificar que se de este servicio ¿educativo?.


Vaya por delante que yo estoy en contra de que se impartan clases de religión en los centros públicos. Y cuando digo religión me refiero a cualquier confesión, sea católica, protestante, musulmana, budista o cualquier otra (si me pongo a enumerar todas las posibles, se me acaba el sitio para el post). A mi me parece que la religión entra dentro del espacio “personal e individual” y no debe ser pagado o subvencionado por el erario público. El que quiera que sus hijos reciban enseñanzas religiosas que acuda a centros educativos religiosos, mezquitas o catequesis, y que lo pague de su bolsillo.


Y (seguro que aquí hay polémica) no estoy a favor de que se enseñen en centros públicos (a mi costa) los valores de una cultura extraña a la del país en el que estamos, cultura que, además, ni comprendo ni me gusta. ¿Qué se estará enseñando a esos niños? ¿Estarán recibiendo el mensaje de que la mujer es inferior al hombre? ¿Se les estará inculcando que la violencia es lícita para conseguir convertir al infiel?. Me imagino que los planes educativos estarán controlados pero ¿Cómo evitar los mensajes implícitos en la propia religión?. Me da miedo el que seamos tan “progresistas y tolerantes”, que estemos incubando el huevo de la serpiente dentro de nuestra propia casa y, encima, paguemos el coste de la incubadora.


Cada cual que profese la religión que le de la gana ¡no soy yo nadie para imponer y prohibir nada! ¡faltaría más! Lo único que pido es que mi dinero sirva para transmitir la cultura y valores de la libertad, de la tolerancia, de la igualdad (independientemente del sexo, tendencia sexual, raza, religión y sensibilidad politica), de la no violencia y de la ecología, o sea, transmitir los valores de la cultura de la “Declaración Universal de Derechos Humanos”. No creo que yo ciertas religiones sean precisamente modelos de respeto de estos derechos.

En fin, que mi queja no es porque se impartan clases de religión musulmana sino porque se impartan usando recursos públicos. Yo preferiría que, ese mismo dinero o incluso más, se dedicara a transmitir a los alumnos de origen musulmán valores tales como la igualdad entre el hombre y la mujer, por ejemplo.

Un abrazo “laico”,

Esteban

martes, 16 de diciembre de 2008

LA CRISIS…. DE LOS 40

La verdad es que el dicho de que “La realidad supera a la ficción” es muy cierto y cada día que pasa lo estoy comprobando.

Buceando en las noticias de sociedad de los diarios me he encontrado con una noticia que me ha dejado perplejo y que en un momento os contaré.
El titular de hoy es: “Keanu Reeves hizo terapia para superar la crisis de los cuarenta”. Al parecer, el famoso y guapo (por lo que me dicen) actor protagonista de películas como “Matrix” y de “Un paseo por las nubes” se sometió a terapia psicologica para superar la crisis existencial de los 40 en la que se vío inmerso. La crisis se había visto agravada por la muerte de su novia, Jennifer Sym, en accccidente de tráfico en 1.999.

Yo nunca había creído en eso de la “crísis de los cuarenta pero tengo que decir que “algo de cierto parece que hay”. La pérdida de autoestima que se produce como consecuencia de una evidente decadencia física (en mi caso casi imperceptible), de una pérdida de atractivo para el sexo opuesto (que yo no he notado en absoluto) y de la constatación, que te cae como una losa, que has pasado el ecuador de tu vida (por ahí anda la cosa) no habiendo hecho nunca nada más que trabajar como una mula, es demoledora para el hombre y, habitualmente, se requiere un esfuerzo enorme para recomponer los pedazos que quedan y convertirlos de nuevo en algo parecido a una persona.

Yo nunca he sentido la necesidad de reforzar mi ego masculino embarcándome en aventuras extra-maritales. Tampoco me ha dado por meterme incontables horas de gimnasio o acudir a una clínica capilar para hacer renacer el pelo perdido. Me consta que todas esas cosas son prácticas, más o menos habituales, en los cuarentones. Sin embargo, tengo que decir que si que he pasado algunas horas lamiéndome las heridas del alma y llorando por la juventud que se fue y ya no volverá.

Mi pareja (o sea mi esposa, que yo soy muy antiguo), que es sumamente inteligente y además tiene psicología por arrobas, me dice siempre que me ve un poco bajillo de moral “estas mejor que cuando tenías 20 años”. Por supuesto, no nos engañenos, es una mentira piadosa, pero ¡ que bien sienta a la autoestima de uno que le mientan así ! ¿verdad?.

Keanu Reeves se ha curado de su depresión comprándose una nueva casa y tomándo la decisión de “dejar de pensar de forma materialista”. Nosotros, los pobrecitos mortales para los que comprarnos una nueva casa es un sueño imposible y para los que pensar de forma materialista no es una elección sino una necesidad de supervivencia, podemos usar otras recetas mucho más asequibles. Yo, la que uso (y lo digo por si os sirve de algo) es salir a dar un paseo con mi compañera (o sea, mi esposa, que yo soy muy antiguo) y tomar un par de cervezas mientras charlamos de nuestros proyectos futuros. A mi me resulta “mano de santo” pero no quiero decir con esto que sea la solución para todos. Lo ideal es que cada uno busque la suya.

Un abrazo “desde la madurez”

Esteban

domingo, 14 de diciembre de 2008

MARCAR EL TERRITORIO

Ya sabéis que, en mi blog, las noticias sirve para ilustrar un tema en el que estoy interesado y sobre el que quiero dar una opinión. Como la realidad es muy terca, las más de las veces se empeña en no seguir mis deseos, y a veces pasa mucho tiempo hasta encontrar alguna noticia que coincida con lo que yo quiero. De verdad, hay veces que me dan ganas de salir a la calle y provocar a mi la noticia pero, de momento, me he contenido.
Hoy no voy, pues, a partir de una noticia sino que voy a entrar “sin anestesia” a tocar un tema que me lleva carcomiendo desde hace mucho mucho tiempo y el tema es: “Las pintadas”. No me estoy refiriendo a esos murales de dudosa calidad estética y plenos de color que vemos en algunos muros y fachadas de nuestras calles (y que, al menos, “tienen pretensiones artísticas”). Tampoco me refiero a los mensajes reivindicativos que, si bien suelen ser escritos de manera precipitada y, por lo tanto desastrada, por lo menos tienen algo de contenido, se esté o no se esté de acuerdo con el fondo y con la forma. Me voy a referir, fundamentalmente, a esas “firmas” que llenan nuestras ciudades y a las cuales no encuentro mucho (por no decir ningún) sentido.
Por mucho que algunos se empeñen en convertir el graffiti en una expresión artística contemporanea, el famoso “yo estuve aquí” tiene en su haber una larga historia. En un viaje a Egipto que hice hace algunos años, en uno de los mayores complejos religiosos faraónicos, el guia nos mostró, con una generosa sonrisa en la boca, un “graffiti” escrito en hierático, cuya edad era de más de 3000 años y que decía, más a menos, “Amenofis estuvo aquí”. ¿Y que son, en esencia, las pinturas rupestres más que graffitis a los que el paso del tiempo ha dado patente de honorabilidad?. Como vemos, la necesidad de dejar huella de nuestra presencia, no es precisamente producto de la modernidad.
Otro tipo de pintadas, a mi parecer más tiernas, son aquellas que ponen los adolescentes para airear a los cuatro vientos su amor por la chica de sus sueños o su desdén por aquella que les ha dado calabazas. En ellas hasta podemos encontrar el uso de las abreviaturas (tan extendido ahora con los SMS) para ahorrar tiempo y espacio. ¿Que otra cosa es, más que una abreviatura, el usar el signo de multiplicar para sustituir al “por”?. Cada vez que veo, en una pared, el famoso “Juan X María, es como si volviera a tener 15 años.
No quiero extenderme demasiado y voy a mencionar “de pasada” las pintadas en las puertas de los urinarios que merecerían un capítulo aparte. Las hay de todo tipo y condición, algunas te hacen reir, otras te hacen pensar y, las más de las veces, te das cuenta que solo son producto del delirio escatológico producido por una ingesta de alcohol más que prudente.
Volviendo al tema principal, el de las “firmas”, he llegado a la conclusión (después de darle muchas vueltas) de que solo son producto de nuestro instinto animal. Los que pintan estas firmas están actuando como los cánidos que marcan el territorio con sus “micciones”. Supongo que es más facil usar el spray de pintura o el rotulador extra-grueso que bajarse la bragueta cada dos metros para indicar que “esta zona es mía”.
A mi, personalmente, me ofende la vista el ver las paredes de mi calle llenas de firmas a tamaño gigante, la mayoría de las veces ininteligibles y todas la veces con nicks “extranjeros” (¿Por qué nadie firma “Pepe”?). Paredes límpias y relucientes, se convierten en una noche, en verdaderos estercoleros de letras góticas que nunca más podrán ser eliminadas, como si de tatuajes en la piel de escayola se trataran.
En mi opinión, muchos de los adolescentes de esta generación, no fueron correctamente educados y ahora estamos pagando el precio. Si se les hubiera enseñado que “el que ensucia, límpia o paga” y hubieran tenido que trabajar duro para purgar las faltas cometidas, seguramente se cortarían la mano antes de coger el Edding-3000. Por otra parte, también pienso que si los padres atendieran mejor a sus hijos, y si además, les doliera el bolsillo cada vez que sus hijos estropean algo, seguramente “otro gallo nos cantaría”.
En fin, supongo que nos tendremos que acostumbrar a que las paredes de nuestras ciudades, como si del Bronx se tratara, pierdan su color original, en manos de unos “señores” que no tienen otra cosa mejor que hacer que manchar, sabiendo que el dinero para limpiarlo lo tendrán que poner otros.
Un abrazo “pintorrojeado”
Esteban

jueves, 11 de diciembre de 2008

ERRE QUE ERRE

He tenido que navegar un rato largo por Internet para poder buscar una noticia “curiosa” que relaje un poco el ambiente después del último post. Al final la he encontrado y, aunque no está muy calentita (es del día 8 de este mes), me ha parecido tan significativa que me he decidido a escribir sobre ella. Supongo que no habréis tardado más allá de un segundo en relacionar el titular de hoy con la famosa película de Paco Martínez Soria ¿verdad? Pues si, ¡habéis acertado! la cosa va por ahí.

El titular es: “Un neoyorquino se gasta 7.500 $ en recurrir una multa de aparcamiento de 115 $”. Al parecer, Simon Belsky, jubilado de New York, le pusieron una multa por aparcar el coche frente a una boca de incendios “que no existía” y ha recurrido a los tribunales para que se la anulen. En el proceso se ha gastado 7.500 $ que piensa reclamar a la ciudad presentando una demanda civil y, si prospera, el dinero lo dedicará a financiar programas educativos para los niños.

No puedo por menos que sentir simpatía por este “quijote” , que lucha contra el poder para exigir justicia y no para conseguir ningún beneficio personal. En este mundo actual, en el que el beneficio propio e inmediato prima sobre todo lo demás, es noticia que haya personas que todavía ponen por encima de todo el valor de la justicia. ¡Es refrescante!.

Las maquinarias administrativas, ya sean municipales, provinciales, autonómicas, estatales o supra-estatales (que complicado se está poniendo esto con tantos niveles de administración) son “ciegas” pero, no con la ceguera de la justicia que se supone que debe ser igual para todos, sino con la ceguera selectiva del que no quiere ver sus propios errores.

El ciudadano, que se supone es el depositario del poder en última instancia, ha pasado a ser “el administrado”, que debe ser tasado, medido y pesado pero al que no se le debe tener en cuenta para la toma de decisiones. Hace algún tiempo hablé con un funcionario de Hacienda que me comentó que había tenido una reunión “con un contribuyente”. El tono usado fue altamente respetuoso, como queriendo indicar que le merecía, efectivamente respeto pero, si analizamos atentamente la palabra, nos damos cuenta en lo que nos hemos convertido. Somos meros suministradores de recursos para que la burocracia siga funcionando.

Me temo que, este caso de hoy, es un caso aislado. Hay que tener mucho valor (y reconozco que también tiempo y dinero) para enfrentarse con los “molinos de viento gubernamentales”. Sin embargo, mientras siga habiendo un solo individuo que lo haga, nuestra dignidad como ciudadanos estará a salvo.

Un abrazo “orgulloso”,

Esteban

martes, 9 de diciembre de 2008

QUE UD. LO DESPIDA BIEN

A pesar de intentarlo por todos lo medios, no me queda otra que volver al tema de la crísis “una y otra vez”. Mira que a mi me gustan más las noticias curiosas, que me permiten introducir un toque de humor e ironía, pero ¡es que no hay manera!
El titular de hoy es: “Sony prevé recortar 8.000 empleos para hacer frente a la crisis“. Por lo que parece, la multinacional japonesa fabricante de la famosa “Play Station” ha tomado la decisión de reducir su nivel de inversiones y de recortar empleos en todas sus plantas repartidas por el mundo. Os recuerdo que, en España, SONY tiene una planta, donde da empleo a unas 2.000 personas, en la población de Viladecavalls (Barcelona) donde no está claro que va a pasar con los empleos ya que todavía no se ha especificado en donde se van a producir los recortes, pero en la que si se van a congelar los salarios (según anunció la compañía la semana pasada).
Me rebosa un “hilillo de veneno” de la boca cuando tengo que hablar de las multinacionales japonesas. Cuando la cosa va bien, se instalan en España (y en otros países, que no somos los tontos solamente nosotros) con todas las bendiciones y ventajas concedidas por las administraciones de turno (suelo “gratis”, exenciones de impuestos, etc.) y cuando la cosa se pone “un poco gris” despiden a saco, amenazan con irse, etc. y las mismas administraciones, o sea “el poder político”, en vez de tomar medidas drásticas, se dedican a contemporizar y decir que “van a negociar con la multinacional” (como en el caso de NISSAN). No quiero decir que las multinaciones de otros países no hagan lo mismo pero, en el caso de las japonesas, es que es abolutamente descarado.
No podemos olvidar que los japoneses, que perdieron la 2ª guerra mundial después del horror de 2 bombas atómicas, han conseguido vengarse de Occidente mediante otro tipo de guerra, menos cruenta pero igual de encarnizada: “la guerra comercial”. Ahora mismo son dueños de más de un 40% del potencial productivo de EE.UU. y lo mismo o algo parecido podriamos decir de la Unión Europea.
Este es uno de los temas de los que tengo que decir que “no entiendo nada“. Menos mal que yo no tengo poder porque, si así fuera, seguramente acabaría rompiendo relaciones diplomáticas con algunos países.
Yo digo ¿no es posible aplicar medidas de presión efectivas?. Pongo un ejemplo: Que una compañía extranjera, llamada XXXXX des-invierte en España, pues se aumentan los aranceles de los productos de esta compañía hasta al 100%, o en otras palabras, si te vas de aquí “no vendes aquí”. Es más, yo llegaría más lejos y aplicaría la misma regla al resto de compañías de ese mismo país y cuando vengan a preguntar el porqué de esa medida, se les dice, ¡Ah! ¡Se siente! ¡Hablen Uds. con la XXXXX!.
Pero claro, yo no soy político ni puedo tomar estas decisiones.
Un abrazo “envenenado”,
Esteban

domingo, 7 de diciembre de 2008

EL TAXIMETRO DE LA MUERTE

Como casi siempre, comienzo con el tema que hubiera debido tratar hoy, que no es otro que el cumpleaños de nuestra Carta Magna, para decir luego que no lo voy a hacer. Esto de “jugar al desmarque” se está convirtiendo en una constante en mi blog y supongo que es producto de mi obsesión por no hablar de lo que habla todo el mundo. Voy a “hacérmelo mirar” porque me estoy empezando a temer que esta obsesión se puede convertir, si no la cuido, en una especie de narcisismo. El narcisismo es un defecto que siempre achaco a los demás y sería curioso que acabara sufriéndolo yo mismo.
Sin más preámbulos, paso a dar el titular de hoy. Veréis que la noticia es, cuanto menos, curiosa: “Funerarias de Vizcaya recurren a los taxistas para realizar servicios mortuorios“. Por lo que parece, las empresas funerarias están, cada vez más, utilizando los servicios de los taxistas para tareas tales como repartir y pegar esquelas, colocar las mesas de firmas e, incluso, ayudar a los empleados de las funerarias a mover los féretros. Por lo visto, a las empresas les sale más barato tirar de taxi que reforzar las plantillas propias con personal fijo.
Esta es otra de las consecuencias de la crísis, creo yo, que hace que las empresas “externalicen servicios” que, de otra manera, darían con personal interno, siguiendo con la filosofía de “sustituir costes fijos por costes variables”. ¡¡ El capitalismo a llegado con toda su fuerza al negocio de la muerte !!.
Si seguimos por este camino, más pronto que tarde, veremos a los taxistas hacer directamente el traslado de los cadáveres hasta el cementario. Lo que no consigo adivinar es como harán entonces para preguntar aquello de ¿Por donde quiere que vayamos? al pobre finado que, supongo, no estará para pensar en donde estará el atasco a esas horas. Por cierto ¿os imaginais que el muerto contestase, de repente, algo así como “tire por la M30″?. El susto del taxista podría ser de órdago.
Yo pienso, de vez en cuando, en la muerte. No creais que soy un tipo morboso. No lo hago ni demasiado a menudo ni con mucha profundidad. La muerte, para mi, es algo que me produce una curiosidad de carácter científico. Que se sepa (fuera a parte de las dudosas experiencias de “vida después de la vida”, “de la luz blanca” y todas esas cosas), nadie a vuelto para contar si hay algo más allá. Yo no soy especialmente religioso. He sido educado en la fé católica y supongo que algo queda en mi del adoctrinamiento recibido. No estoy seguro si cuando muramos se acaba todo (como defienden furiosamente los ateos) o pasamos a un estado nuevo de consciencia (como defienden los misticistas no religiosos) o simplemente vamos cielo o al infierno (se les llame como se les llame en la confesión religiosa de turno) como defenderían los afectos a la religión. Solo tengo la sensación de que el pudrirse en una tumba o convertirse en cenizas es un final bien pobre para una vida y me gustaría pensar que hay algo despúes.
En cualquier caso, ya veremos, porque según creo ¡¡ ninguno de nosotros nos vamos a quedar aquí eternamente !!.
De todos modos, cuando muera, por favor que me lleven en taxi. Con el precio que tienen, no los cojo demasiado a menudo en vida, así que, cuando haga mi último viaje, me gustaría hacerlo “a todo lujo”.
Un abrazo “un poco morboso”,
Esteban

viernes, 5 de diciembre de 2008

¿HA VUELTO ROBIN HOOD?

Como ya os he contado, ando un poco liadillo estos días así que mi productividad ha descendido bastante, o sea, que no soy capaz de escribir un artículo al día “ni queriéndolo”. Ya se que mis múltiples fans estarán desolados/as, aunque espero que ninguno caiga en un estado de ansiedad, debido a la escasez de “artículo-estebanitis” (antes de continuar, leer “nota del editor (1)”).

La noticia de hoy parte del siguiente titular: “Roban 50 millones de euros en una joyería de lujo de París”. Al parecer, la joyería de lujo “Harry Winston“, situada en la avenida Montaigne de París, sufrió ayer un robo cuyo botín está valorado en unos 50 millones de euros. El atraco, llevado a cabo por tres individuos armados, se produjo ayer a media tarde y los ladrones prácticamente vaciaron la joyería.

Que tres ladrones armados sean capaces de robar en una joyería de estas características (seguro que contaría con los más sofisticados sistemas de seguridad) que, además, ya había sufrido meses atrás otro robo de menor cuantía, me parece, cuanto menos, curioso. Por lo visto el robo no tuvo la sofisticación de los que vemos en las películas, con todos esos artilugios electrónicos, sino más bien el estilo de cualquier robo “a mano armada” de los que se producen a menudo en las sucursales bancarias de este país. La única diferencia es que, en vez de llevarse 3.000 €, se llevaron la nada despreciable cifra de 50 millones, que es una cifra que se escapa a mis sueños más optimistas.

No se que tendrán estas noticias pero, Díos me perdone, te hacen casi simpatizar con los atracadores. Ya me imagino que los cacos no serán precisamente unos nuevos Robin Hood y no tendrán intención de repartir el botín entre los pobres, como hacía el célebre sajon, pero que alguien robe a un rico, siempre tiene el encanto de la pequeña y mezquina vengaza onírica que nos queda a los que somos pobres (en comparación, por supuesto).

Yo no puedo defender el delito. Soy un hombre “legal” hasta límites que os parecerán extraños. No aparco en doble fila, no me paso del límite de velocidad, no me salto una cola, no defraudo a Hacienda, devuelvo el dinero cuando se equivocan al darme los cambios, etc.. Sin embargo, en estos casos, mis pulsiones más produndas afloran a la superficie y no puedo evitar esbozar una leve sonrisa, ¿y quién no?.

Lo más triste de todo esto es que, seguramente, pagarán justos por pecadores y alguna persona perderá su empleo. Y además, el consorcio de seguros, tendrá que aflojar la mosca y, al final, no se de que manera pero con absoluta seguridad, los 50 millones los acabarán pagando todos los franceses.

Un abrazo “onírico”,

Esteban

Nota del editor (1):Como pueden Uds. comprobar, el autor sufre, en estos momentos, una de sus innumerables crisis de pedantería, que se le debe perdonar porque escribe bajo los efectos de una medicación llamada “MELAPELA 500 mg” entre cuyos efectos secundarios se explicita una compensación enfermiza de la falta de autoestima.

miércoles, 3 de diciembre de 2008

UN PAJARO LIBRE

No se si hago bien o hago mal pero hoy, simplemente, no me apetece hablar del atentado contra el espresario azpeitarra. Estoy hasta las mismísimas narices de muerte, violencia y sinsentidos y creo que ya he agotado todos los argumentos y también todos los epítetos que se pueden usar para calificar a esta gente. En el silencio voluntario está, quizás, el mayor desprecio. Ya se que alguien dirá que “estas cosas se deben hablar” pero yo no estoy dispuesto a que me marquen el calendario y me dicten lo que tengo o no tengo que comentar en mi blog. ¡Ya basta! ¡Que termine de una vez esta orgía de sangre!.

Ayer fue un día absolutamente negro para la cultura de este país. Murieron ayer dos personas emblemáticas. Una, mucho más conocida en el estado, Joan Baptista Humet y la otra, con menos proyección a nivel nacional pero, sin duda, un icono de la canción en Euskera, Mikel Laboa.

Cuando mueren personajes de este calibre, todos quedamos un poco huerfanos y todos sentimos que se ha perdido algo insustituible.

Creo que el mejor homenaje que se puede realizar a un artista es exponer al mundo su obra, así que me perdonaréis, si esta vez, “barro un poco para casa” y os ofrezco la letra de una canción emblemática de Mikel Laboa, que se llama “Txoria Txori”:

En Euskera:
Hegoak ebaki banizkio
nerea izango zen,
ez zuen aldegingo.
Bainan, honela
ez zen gehiago txoria izango
eta nik…
txoria nuen maite

En Castellano
Si le hubiera cortado las alas
habría sido mío,
no habria escapado.
Pero así,
habría dejado de ser pájaro.
Y yo…
yo lo que amaba era un pájaro.

Esta canción que, como véis, es un “canto a la libertad” creo que es adecuada en este momento en que unos pocos están poniendo en riesgo la libertad, y la vida, de muchos.

Un abrazo “apenado”

Esteban