MI BLOG DE COCINA

miércoles, 21 de enero de 2009

LA GRAN ESPERANZA NEGRA

Cada vez encuentro más difícil tener tiempo para escribir el post. Desde los tiempos en que comencé con un artículo diario hasta ahora, en que me daría con un canto en los dientes si fuera capaz de escribir un par de veces por semana, ha pasado mucha agua bajo el puente a pesar de que solo han transcurrido 130 días ¡ parece que ha sido un siglo !.
Hoy voy a hablar de “el tema”. ¿Cuántos miles de artículos en los medios hablarán de lo mismo? ¿Cuántos posts se escribirán en los blogs sobre el acontecimiento?. Ya sabéis que soy un poco pretencioso y me gusta ser original pero, como suelo decir siempre, la actualidad manda y, no queda más remedio que seguir su estela.
Como todos habéis imaginado, voy a escribir sobre Obama. El titular es: “Debemos levantarnos, sacudirnos el polvo y comenzar la tarea de reconstruir EEUU” y hace referencia al discurso del nuevo presidente de los EE.UU. nada más jurar su cargo ante la friolera de 3 millones de personas.
He leído varios extractos del discurso de marras y, a pesar de la expectación que ha despertado, no he encontrado muchas cosas especialmente sorprendentes. Tampoco cabía esperar otra cosa en un discurso de investidura. Una mezcla inteligente entre mano tendida y mano dura. Algo así como, os quiero mucho pero ¡no os desmandéis que os voy a pegar un palo de espanto!.
Casi todo el mundo ve con esperanza la llegada del Sr. Obama a la presidencia de EE.UU.. Como contrapunto a la famosa “gran esperanza blanca” (que se aplicaba a los boxeadores “blancos” de los años 60 que tenía posibilidades de subvertir el dominio de los boxeadores “de color”) hemos pasado a la “gran esperanza negra” ya que, todos, esperamos que con Obama cambien las cosas y vivamos en un mundo mejor.
Sin embargo, después de conocer unos pocos cambios en la jefatura del “imperio”, yo recomendaría ser cauto y no esperar golpes de timón especialmente radicales. Las “Políticas” (con mayúsculas) no dependen tanto de las personas como de las situaciones. Yo espero, unicamente, ligeros cambios de matiz, cautas medidas de corrección de la política ultra-liberal de Bush, un poco menos de crispación en las relaciones internacionales y…… poco más.
Para mi, si estos ligeros cambios que yo vaticino, se ponen en marcha, será suficiente para poner a Obama en situación de ser uno de los presidentes más exitosos de EE.UU. en las últimas décadas, entre otras cosas, porque tenemos tantas ganas de que lo haga bien, que cualquier cosa que inicie va a ser aplaudida desde el principio.
Un abrazo “escéptico”,
Esteban

domingo, 18 de enero de 2009

EL SUICIDIO COMO ARMA

Nuevo look. Nueva etapa. Estoy contento porque, aunque me había acostumbrado a la sencillez de la plantilla antigua (que me parecía “elegante”) ésta parece que ha tenido una buena acogida y……, después de todo, hasta me está empezando a gustar. Bueno, vayamos al tema de hoy.
He escogido el siguiente titular: “Un suicida deja tres muertos en Kabul al inmolarse frente a la Embajada alemana“ . Según parece, al menos dos civiles y un soldado estadounidense murieron ayer cuando un suicida detonó la carga, que transportaba en su vehículo, frente a la Embajada alemana y una base militar de las tropas de Estados Unidos en Kabul. El hecho ocurrió a las 9:45 hora local (6:45 hora española).
Teniendo en cuenta “la que está cayendo” incluso me ha extrañado ver que esta noticia era objeto de un titular. Nos estamos acostumbrando a que día si, día también, se produzca una masacre (de mayor o menor tamaño) en algún país del mundo provocada por un descerebrado que se suicida para ver si consigue matar a otros. Es tanta la repetición que acaba por ser normal y deja de impresionarnos y, por lo mismo, de ser noticia.
Hay noticias que me impresiona, otras me horrorizan, otras me hacen reír, pero estas “inmolaciones” lo que me dejan es perplejo (no creáis que soy insensible pero si es cierto que me he insensibilizado) porque no soy capaz de entenderlas racionalmente, ni siquiera haciendo un esfuerzo de empatía. No tolero el asesinato pero soy capaz de entender que alguien asesine por odio, venganza o incluso locura. No me parece que el suicidio sea una salida pero entiendo que alguien puede suicidarse por desesperación o enajenación. Incluso, haciendo un gran esfuerzo de imaginación podría entender que alguien, combinara las dos cosas para conseguir, mediante su suicidio, aplacar su odio contra una persona concreta. Lo que me hace permanecer en la perplejidad absoluta es que haya un ser humano, que sea capaz de suicidarse para matar indiscriminadamente, sabiendo que su sacrificio va a ser absolutamente inútil ya que no va a conseguir nada definitivo con él.
Entiendo el concepto de “lavado de cerebro”, entiendo que su interpretación del Islam “les catapulta directamente al cielo” si mueren por la guerra santa, entiendo que su odio personaliza a todos los occidentales como si fueran un único enemigo pero sacrificar todo por algo intangible me parece tan absolutamente estúpido que no lo entenderé nunca.
Bueno, espero que ahora no llegue ningún comentario diciendo que “no entiendo el Islam”, que soy un” jodido retrogrado racista”, que mi evidente fascismo me hace despreciar otras culturas y religiones. Espero realmente que no exista nadie que sea capaz de dudar de mi tolerancia. Yo, lo único que quiero es vivir en paz y dejar vivir en paz “al otro” cualquiera que sea su raza, religión, sexo o condición social. Para mí eso es la tolerancia y, si mi definición no es académicamente correcta, lo siento, pero es lo que me parece que debe ser.
Un abrazo “perplejo”
Esteban

jueves, 15 de enero de 2009

20 AÑOS NO ES NADA

No podía ser de otra manera. Cuando la actualidad (triste, horrenda, vergonzante, increíble…. hoy se me acaban los adjetivos), manda, pues manda y no hay nada más que hacer. Hoy toca meterse en el barro hasta los ijares y apechugar con lo que venga.
El titular de hoy es: “20 años para los torturadores de Alba” y hace referencia a la sentencia impuesta, por la Audiencia de Barcelona, a la madre y su compañero sentimental, de la niña Alba, que a los 5 años, sufrió el infierno en la tierra, por todas las vejaciones y torturas a las que le sometió su padre ante la indiferencia de su madre. La niña, además, ha quedado incapacitada de por vida no pudiendo hablar ni andar. Y supongo que, además, ha quedado incapacitada de por vida para amar y confiar en sus semejantes.
Hay tres factores que hacen de este “crimen” (no puedo calificarlo de otra manera) especialmente cruel. En primer lugar el delito es “tortura y vejaciones”, ya de por sí, un delito abominable, quizás el más abominable de todos. En segundo lugar, el delito se comete contra un ser indefenso, una niña de 5 años ¿se puede concebir mayor cobardía?. Por último, el delito es cometido por las personas que debieran tener mayor interés y responsabilidad en evitarlo, que son los padres.
El compañero sentimental de la madre (que no es el padre biológico) ha sido condenado a 22 años como “autor material” pero la madre solo ha sido condenada a 20 años “por ser conocedora de los hechos y no evitarlos o denunciarlos”. Luego comentaré mi opinión sobre la longitud de las condenas pero no logro entender por que la madre ha sido condenada a una pena menor que el hombre. Yo, por mi parte, la hubiera condenado a una pena mucho mayor. El, puede ser un “jodido sádico” pero, la madre, “una madre” ¿Cómo puede ver sufrir a su hija sin hacer nada?
Ya sabéis que, en ningún caso, voy a defender la pena de muerte pero, esta gente no puede quedar libre en 20 años (menos si se les aplican beneficios penitenciarios), esta gente debiera acabar sus días en la cárcel. No pueden ni deben volver a mezclarse con el resto de seres humanos, la mayoría de los cuales son “hombres de bien”.
Como dije en otro post, solo puedo pensar que estos “sujetos” están enfermos, muy enfermos, ya que si no fuera así, mi fe en el género humano desaparecería del todo y ¡yo quiero creer!.
Un abrazo “horrorizado”
Esteban

martes, 13 de enero de 2009

EL BUEN PAÑO EN EL ARCA SE VENDE

Después del último post, que reconozco fue un post “de circunstancias” (curiosamente tuvo una buena acogida y nadie se sintió ofendido por lo de “para los despistados”, aunque me consta que ha habido un montón de “aludidos”), no me queda más remedio que poner un post de los denominados “serios”. Espero que, además de serio no sea un tostón pero, eso, vosotros lo diréis.
Vamos, sin más preámbulos, al titular de hoy que dice: “Hombres de rodillas y rezando, próxima campaña de Dolce Gabbana”. Al parecer, la celebre firma de moda y diseño, que siempre se significa por sus polémicas campañas de publicidad, sacará a la luz en los próximos días su nueva campaña del 2009, en la que aparecen unos hombres (supongo que musculosos y con exigua ropa) en actitud de rezar, o sea, de rodillas. Esta publicidad, dirigida al público másculino, aunque me temo que hará las delicias del púbico femenino, promete generar también una gran polvareda debido a las connotaciones religiosas de la postura adoptada por los modelos.
Supongo que todos recordamos la campaña del 2008 que fue altamente criticada ya que, a todas luces, daba idea de una mujer sometida al hombre y, en algunos casos, parecía que representaba incluso una violación. Esta campaña fue prohibida primero en España (aunque D&G nos tachó de retrógados) y luego en Italia.
Me temo que, sin quererlo, voy a pisar el terreno de otros bloggers (algunos de ellos asiduos a “esta mi comunidad”) que se dedican a realizar análisis de la publicidad en los medios, pero espero conseguir darle un enfoque distinto al que ellos suelen dar.
Apunto unos temas de los que podría hablar y de los que, para seguir con la costumbre, no lo voy a hacer:
- El uso del erotismo (masculino o femenino) como reclamo
- El sexismo, en concreto el uso de una clase de estereotipo femenino, encubierto o explicito.
- La publicidad engañosa o la veracidad del mensaje
- La publicidad subliminal
- La calidad (o su ausencia) en la publicidad
- …/…
Como véis, casi se podría dedicar una serie por capítulos a estos temas pero a mi, como lo que realmente me importa es “el lado humano”, voy a daros mi opinión sobre “los límites éticos de la publicidad”. La pregunta es ¿Debe permitirse que la publicidad use imágenes que la gente considere indecorosas u ofensivas?.
Como un ejemplo muy ilustrativo os recuerdo las vallas publicitarias en las que apareció aquella modelo “anorexica” que, además de escalofriantes, a mi me parecieron de muy mal gusto.
Aquí entramos en el un debate (que afecta a muchos otro aspectos de la vida) entre el derecho de “libertad de creación y expresión” y sus límites. Yo, personalmente, abogo por tener “la manga tan ancha como sea posible” ya que es muy fácil cercenar un derecho “en aras de no se que bien común” y acabar viviendo en una sociedad vigilada y tutelada. Creo que la libertad de crear no tiene que tener más límites que la defensa del honor y la dignidad de las personas individuales que pudieran estar afectadas. Ni religión, ni moral, ni criterios estéticos deben constituir un sistema de censura previa que limite el derecho de creación.
En el caso de la publicidad, además, hay un arbitro inapelable que decidirá si esta es correcta o no, y éste no es más que el público al que va dirigida la misma. Este público comprará o no, los productos, según le guste o no le guste, el mensaje transmitido en el anuncio. Por supuesto, bien entendido que se cumple un criterio previo que es absolutamente ineludible y que no es más que el criterio de veracidad, o sea, “lo que se anuncia es lo que realmente se vende”.
En fin, yo ya he puesto las cartas sobre la mesa y ahora os toca a vosotros recoger el testigo y dar vuestra opinión.
Un abrazo “creativo”,
Esteban

sábado, 3 de enero de 2009

LOS HIJOS DE SEM

Quiero que las primeras líneas de este comentario sean para desearos un FELIZ AÑO 2009 , en el que espero se cumplan todos vuestros sueños. Vuelvo al blog, después de unos días de inactividad forzosa (me olvidé la conexión móvil a Internet y no he podido conectarme en estos cuatro días), con un mono de “no te menees” y con ganas de volver a estar con vosotros.

Desgraciadamente, la noticia que voy a comentar hoy no tiene nada de agradable ni jocosa. Llevo varios días viendo en los informativos de TV, con verdadero horror, como caen bombas sobre población civil en Gaza y, no me que da más remedio que hablar sobre ello. El titular de hoy es: “El fuego de artillería israelí comienza a caer sobre la Franja de Gaza”. La noticia se refiere al comienzo del ataque con artillería pesada y fuego de tanques (hasta ahora “solo” había habido ataques aéreos) del ejército israelí, que supone una nuevo paso en el conflicto armado en la zona y que, sin duda, es el prolegómeno del ataque terrestre sobre las posiciones palestinas.

Antes de seguir, os agradecería que tuvierais la paciencia de leer este post hasta el final. Ya se que me extiendo demasiado con los preliminares pero, en este caso, me interesa mucho dejar clara mi opinión.

Yo conozco bastante bien Israel (he viajado allí a menudo por trabajo) y siempre he simpatizado con su situación. Es un pueblo con un tesón envidiable que, independientemente de la ayuda recibida (que ha sido mucha), supo sacarse un estado “de la manga” contra todo pronóstico. Nadie daba un duro en el año 1947 por la supervivencia del Estado de Israel, rodeado como estaba de enemigos por todos los costados. Sin embargo, a fuerza de trabajo y sufrimiento, consiguieron no solo sobrevivir sino crear un estado que es uno de los poderes del oriente próximo con un potencial militar absolutamente incontestable (incluyendo la posesión del arma nuclear). He admirado su capacidad de aguantar una situación de excepción permanente, en la que todos sus ciudadanos, hombres y mujeres, son soldados permanentemente movilizados y van a servir en el ejercito todos los años, pero no como nosotros que nos íbamos a una mili a pasar unos meses de campamento, sino que van “a la guerra” literalmente.

Por otra parte, no puedo decir lo mismo de lo que sentía por el mundo árabe. Debo reconocer que mi conocimiento de los árabes y sus países es notablemente inferior (aunque he visitado Egipto, Argelia y Marruecos). Siempre los he visto con un cierto miedo ya que, como sabéis, los fundamentalismos no me gustan mucho y hay que reconocer que, por mucho que los “arabistas” nos lo quieran vender, la facción religiosa que prima en el mundo árabe, no es precisamente la de la España de “Al-Andalus” con su famosa tolerancia por las otras religiones. A esto hay que añadir que, después de las últimas elecciones palestinas, el hecho de que el triunfo se decantara por HAMAS (que no son precisamente seguidores de Teresa de Calcuta), todavía hizo que me inspiraran más desconfianza. No puedo borrar de mi cabeza los gritos de júbilo de los palestinos en las calles cuando “lo de las torres gemelas”.

Sin embargo, después de todo lo anterior debo decir que:

No entiendo el odio entre Judíos y Palestinos. Ambos pueblos son “semitas” y, como tales, hermanos de sangre.

No entiendo que el Estado de Israel, que representa a un pueblo que sufrió un genocidio como no se ha conocido otro en la historia, sea capaz de masacrar a otro pueblo de esta manera tan cruel sin acordarse de su pasado.

No entiendo que la comunidad internacional permanezca callada ante esta situación, haciendo el “Tancredo” con un cinismo y una doble moral que da verdadera repugnancia.

Sigo y seguiré teniendo mis simpatías e antipatías y creo que nadie debe ofenderse por ello, lo mismo que yo no me ofendo por las de los demás pero, sin embargo, no puedo justificar en modo alguno el genocidio que Israel está cometiendo con el pueblo palestino, que tiene (y todos debiéramos ayudarles a que fuera realidad) el mismo derecho que cualquier pueblo a sobrevivir.

Hacía tiempo que no ponía el “megáfono” ya que me llegué aburrir de “clamar en el desierto” (no puedo decir que no hubo quien me aviso de esto) pero creo que, esta vez y en este momento, merece la pena, por dignidad, el lanzar un grito aunque nadie lo quiera oír.

Señores que mandáis en Israel: Parad este genocidio de una vez y buscad la forma de vivir en paz con vuestros vecinos.

Un abrazo “horrorizado”

Esteban

viernes, 26 de diciembre de 2008

RAYAS EN LA CALZADA

Bueno, ya se ha pasado la Navidad y entramos en la semana de “impass” hasta que nos llegue la Nochevieja. Yo me he tomado unos días de muy merecidas vacaciones (que si no me lo digo yo no me lo dice nadie) que me deben servir para hacer por fin esas chapuzas en casa (largamente olvidadas), ordenar mis papeles (que son un verdadero desastre) y, si me queda algo de tiempo, atender un poco al blog (que lo tengo bastante desatendido, lo reconozco). Así, que para empezar por algo agradable (es que lo de las chapuzas me da miedo y lo de los papeles pánico) he decidido atender al blog (que eso si me gusta). Al releer este párrafo me he dado cuenta que me van a dar el 1º premio al “parentesisero” del año.
La noticia de hoy parte del siguiente titular: “600 peatones fallecen atropellados cada año fuera de los pasos de cebra”. La noticia se refiere a España, claro está, e indica que somos el páis europeo que tiene el dudoso honor de encabezar la lista de atropellos de estas características. Por lo visto, en España, el 92% de los atropellos de peatones se producen “fuera de los pasos de cebra” mientras que en el resto de Europa la cosa va por el 77%. Lo curioso del caso es que la mayoría de los atropellos se producen cerca de cruces señalizados, con buena visibilidad y buenas circunstancias climatológicas y con conductores implicados que no presentan alcoholemia ni síntomas de cansancio al volante. En otras palabras, en la mayoría de estos casos, el culpable es el propio peatón.
Podría hablar aquí de temas como “la mala ubicación de los pasos de cebra”, “la deficiente cultura en seguridad vial imperante en este país”, etc. y me hubiera salido un artículo sumamente técnico y documentado pero más aburrido que un tomo del Dicionario Enciclopédico Abreviado de Espasa-Calpe pero, voy a enfocar el tema de otra manera, que creo explica mejor el asunto.
Yo creo que la causa fundamental de este hecho es una característica peculiar, que compartimos todos los ciudadanos de este país y es “la alergía a la autoridad y las normas establecidas”. Los españoles (y aquí hay que decir que los vascos tenemos un índicador similar en este apartado) somos un pueblo que no nos gusta ceñirnos a las normas y que inventamos mil maneras de saltárnoslas. Lo mismo cuando hablamos de pagar a Hacienda o de echar la basura en los contenedores adecuados que, como en este caso, cruzar las calles por las zonas señalizadas. No nos gusta que nos impongan normas y, la mayor parte de las veces, las infringimos no por necesidad sino por rebeldía.
No hay más que fijarse en cualquier calle de cualquier ciudad de este país y ver a gente cruzando la calle por cualquier sitio a escasos metros de un semáforo o, incluso, cruzando por el semáforo pero cuando este está en rojo para los peatones. No es que tengamos prisa, sino que nos fastidia que nos digan lo que tenemos que hacer y lo que no.
Este país, por el que pasaron todos los ejercitos conquistadores de todas las potencias de la antiguedad (fenicios y cartagineses, romanos, árabes, godos, franceses ….) nunca aceptó la dominación de ninguno de ellos y solo sucumbió por la pura fuerza bruta y después de haber infringido derrotas sangrantes a todos los que intentaron conquistarlo. Creo que la herencia Celta e Ibera aún perdura en nuestros genes y, seguramente, sea la causa última de que no usemos los pasos de cebra (esta teoría la voy a enviar a la revista “Nature” a ver si me la homologan).
Supongo que mucha gente me tachará de loco, irresponsable o de insensible con las victimas (a cuyos familiares pido perdón de antemano) pero yo digo que estas muertes son el precio que pagamos por nuestra independencia de carácter y libertad de criterios que, ¡ojalá nunca perdamos!. Dejo para cada uno la reflexión de si es un precio asumible o demasiado alto.
Un abrazo “rebelde”
Esteban

domingo, 21 de diciembre de 2008

LA EUSKALDUN-ISLAMIZACION

Hola:

A veces, cuando escribo artículos como el de hoy me entra pánico. Tengo miedo de meter la pata, miedo de ser “políticamente incorrecto”, miedo de no saber dar el enfoque correcto y también miedo de no ser capaz de transmitir, con palabras, lo que realmente siento. Recuerdo una canción, creo que de Victor Manuel que decía algo así como “dejo sangre en el papel…..” y de verdad, a veces me parece que eso es lo que estoy haciendo. Eso y desnudar mi alma delante de desconocidos. Si, ya se que pensaréis “que teatrero se nos ha vuelto Esteban” pero, cuando conozcáis el tema de hoy, espero que cambiéis de opinión.


El titular es: “El Islam entra en las aulas vascas”. El artículo, leído en el periodico –El Correo-, habla de Nouzha Abou-Salama, profesora contratada por el Ministerio de Educación, para dar clases de “religión islámica” en tres escuelas de Vizcaya (en Berriz, Munguía y Bilbao). A Nouzha, que habitualmente usa el Hiyab islámico (el famoso pañuelo que cubre la cabeza), no se le pueden negar sus conocimientos ya, además de ser licenciada en Filología Arabe, y por lo tanto además de hablar árabe, habla otros cuatro idiomas (Francés, Ingles, Catellano y Catalán). El hecho es que, en Vizcaya, aparentemente, ya hay suficientes alumnos de origen árabe (fundamentalmente magrebíes) para justificar que se de este servicio ¿educativo?.


Vaya por delante que yo estoy en contra de que se impartan clases de religión en los centros públicos. Y cuando digo religión me refiero a cualquier confesión, sea católica, protestante, musulmana, budista o cualquier otra (si me pongo a enumerar todas las posibles, se me acaba el sitio para el post). A mi me parece que la religión entra dentro del espacio “personal e individual” y no debe ser pagado o subvencionado por el erario público. El que quiera que sus hijos reciban enseñanzas religiosas que acuda a centros educativos religiosos, mezquitas o catequesis, y que lo pague de su bolsillo.


Y (seguro que aquí hay polémica) no estoy a favor de que se enseñen en centros públicos (a mi costa) los valores de una cultura extraña a la del país en el que estamos, cultura que, además, ni comprendo ni me gusta. ¿Qué se estará enseñando a esos niños? ¿Estarán recibiendo el mensaje de que la mujer es inferior al hombre? ¿Se les estará inculcando que la violencia es lícita para conseguir convertir al infiel?. Me imagino que los planes educativos estarán controlados pero ¿Cómo evitar los mensajes implícitos en la propia religión?. Me da miedo el que seamos tan “progresistas y tolerantes”, que estemos incubando el huevo de la serpiente dentro de nuestra propia casa y, encima, paguemos el coste de la incubadora.


Cada cual que profese la religión que le de la gana ¡no soy yo nadie para imponer y prohibir nada! ¡faltaría más! Lo único que pido es que mi dinero sirva para transmitir la cultura y valores de la libertad, de la tolerancia, de la igualdad (independientemente del sexo, tendencia sexual, raza, religión y sensibilidad politica), de la no violencia y de la ecología, o sea, transmitir los valores de la cultura de la “Declaración Universal de Derechos Humanos”. No creo que yo ciertas religiones sean precisamente modelos de respeto de estos derechos.

En fin, que mi queja no es porque se impartan clases de religión musulmana sino porque se impartan usando recursos públicos. Yo preferiría que, ese mismo dinero o incluso más, se dedicara a transmitir a los alumnos de origen musulmán valores tales como la igualdad entre el hombre y la mujer, por ejemplo.

Un abrazo “laico”,

Esteban

martes, 16 de diciembre de 2008

LA CRISIS…. DE LOS 40

La verdad es que el dicho de que “La realidad supera a la ficción” es muy cierto y cada día que pasa lo estoy comprobando.

Buceando en las noticias de sociedad de los diarios me he encontrado con una noticia que me ha dejado perplejo y que en un momento os contaré.
El titular de hoy es: “Keanu Reeves hizo terapia para superar la crisis de los cuarenta”. Al parecer, el famoso y guapo (por lo que me dicen) actor protagonista de películas como “Matrix” y de “Un paseo por las nubes” se sometió a terapia psicologica para superar la crisis existencial de los 40 en la que se vío inmerso. La crisis se había visto agravada por la muerte de su novia, Jennifer Sym, en accccidente de tráfico en 1.999.

Yo nunca había creído en eso de la “crísis de los cuarenta pero tengo que decir que “algo de cierto parece que hay”. La pérdida de autoestima que se produce como consecuencia de una evidente decadencia física (en mi caso casi imperceptible), de una pérdida de atractivo para el sexo opuesto (que yo no he notado en absoluto) y de la constatación, que te cae como una losa, que has pasado el ecuador de tu vida (por ahí anda la cosa) no habiendo hecho nunca nada más que trabajar como una mula, es demoledora para el hombre y, habitualmente, se requiere un esfuerzo enorme para recomponer los pedazos que quedan y convertirlos de nuevo en algo parecido a una persona.

Yo nunca he sentido la necesidad de reforzar mi ego masculino embarcándome en aventuras extra-maritales. Tampoco me ha dado por meterme incontables horas de gimnasio o acudir a una clínica capilar para hacer renacer el pelo perdido. Me consta que todas esas cosas son prácticas, más o menos habituales, en los cuarentones. Sin embargo, tengo que decir que si que he pasado algunas horas lamiéndome las heridas del alma y llorando por la juventud que se fue y ya no volverá.

Mi pareja (o sea mi esposa, que yo soy muy antiguo), que es sumamente inteligente y además tiene psicología por arrobas, me dice siempre que me ve un poco bajillo de moral “estas mejor que cuando tenías 20 años”. Por supuesto, no nos engañenos, es una mentira piadosa, pero ¡ que bien sienta a la autoestima de uno que le mientan así ! ¿verdad?.

Keanu Reeves se ha curado de su depresión comprándose una nueva casa y tomándo la decisión de “dejar de pensar de forma materialista”. Nosotros, los pobrecitos mortales para los que comprarnos una nueva casa es un sueño imposible y para los que pensar de forma materialista no es una elección sino una necesidad de supervivencia, podemos usar otras recetas mucho más asequibles. Yo, la que uso (y lo digo por si os sirve de algo) es salir a dar un paseo con mi compañera (o sea, mi esposa, que yo soy muy antiguo) y tomar un par de cervezas mientras charlamos de nuestros proyectos futuros. A mi me resulta “mano de santo” pero no quiero decir con esto que sea la solución para todos. Lo ideal es que cada uno busque la suya.

Un abrazo “desde la madurez”

Esteban

domingo, 14 de diciembre de 2008

MARCAR EL TERRITORIO

Ya sabéis que, en mi blog, las noticias sirve para ilustrar un tema en el que estoy interesado y sobre el que quiero dar una opinión. Como la realidad es muy terca, las más de las veces se empeña en no seguir mis deseos, y a veces pasa mucho tiempo hasta encontrar alguna noticia que coincida con lo que yo quiero. De verdad, hay veces que me dan ganas de salir a la calle y provocar a mi la noticia pero, de momento, me he contenido.
Hoy no voy, pues, a partir de una noticia sino que voy a entrar “sin anestesia” a tocar un tema que me lleva carcomiendo desde hace mucho mucho tiempo y el tema es: “Las pintadas”. No me estoy refiriendo a esos murales de dudosa calidad estética y plenos de color que vemos en algunos muros y fachadas de nuestras calles (y que, al menos, “tienen pretensiones artísticas”). Tampoco me refiero a los mensajes reivindicativos que, si bien suelen ser escritos de manera precipitada y, por lo tanto desastrada, por lo menos tienen algo de contenido, se esté o no se esté de acuerdo con el fondo y con la forma. Me voy a referir, fundamentalmente, a esas “firmas” que llenan nuestras ciudades y a las cuales no encuentro mucho (por no decir ningún) sentido.
Por mucho que algunos se empeñen en convertir el graffiti en una expresión artística contemporanea, el famoso “yo estuve aquí” tiene en su haber una larga historia. En un viaje a Egipto que hice hace algunos años, en uno de los mayores complejos religiosos faraónicos, el guia nos mostró, con una generosa sonrisa en la boca, un “graffiti” escrito en hierático, cuya edad era de más de 3000 años y que decía, más a menos, “Amenofis estuvo aquí”. ¿Y que son, en esencia, las pinturas rupestres más que graffitis a los que el paso del tiempo ha dado patente de honorabilidad?. Como vemos, la necesidad de dejar huella de nuestra presencia, no es precisamente producto de la modernidad.
Otro tipo de pintadas, a mi parecer más tiernas, son aquellas que ponen los adolescentes para airear a los cuatro vientos su amor por la chica de sus sueños o su desdén por aquella que les ha dado calabazas. En ellas hasta podemos encontrar el uso de las abreviaturas (tan extendido ahora con los SMS) para ahorrar tiempo y espacio. ¿Que otra cosa es, más que una abreviatura, el usar el signo de multiplicar para sustituir al “por”?. Cada vez que veo, en una pared, el famoso “Juan X María, es como si volviera a tener 15 años.
No quiero extenderme demasiado y voy a mencionar “de pasada” las pintadas en las puertas de los urinarios que merecerían un capítulo aparte. Las hay de todo tipo y condición, algunas te hacen reir, otras te hacen pensar y, las más de las veces, te das cuenta que solo son producto del delirio escatológico producido por una ingesta de alcohol más que prudente.
Volviendo al tema principal, el de las “firmas”, he llegado a la conclusión (después de darle muchas vueltas) de que solo son producto de nuestro instinto animal. Los que pintan estas firmas están actuando como los cánidos que marcan el territorio con sus “micciones”. Supongo que es más facil usar el spray de pintura o el rotulador extra-grueso que bajarse la bragueta cada dos metros para indicar que “esta zona es mía”.
A mi, personalmente, me ofende la vista el ver las paredes de mi calle llenas de firmas a tamaño gigante, la mayoría de las veces ininteligibles y todas la veces con nicks “extranjeros” (¿Por qué nadie firma “Pepe”?). Paredes límpias y relucientes, se convierten en una noche, en verdaderos estercoleros de letras góticas que nunca más podrán ser eliminadas, como si de tatuajes en la piel de escayola se trataran.
En mi opinión, muchos de los adolescentes de esta generación, no fueron correctamente educados y ahora estamos pagando el precio. Si se les hubiera enseñado que “el que ensucia, límpia o paga” y hubieran tenido que trabajar duro para purgar las faltas cometidas, seguramente se cortarían la mano antes de coger el Edding-3000. Por otra parte, también pienso que si los padres atendieran mejor a sus hijos, y si además, les doliera el bolsillo cada vez que sus hijos estropean algo, seguramente “otro gallo nos cantaría”.
En fin, supongo que nos tendremos que acostumbrar a que las paredes de nuestras ciudades, como si del Bronx se tratara, pierdan su color original, en manos de unos “señores” que no tienen otra cosa mejor que hacer que manchar, sabiendo que el dinero para limpiarlo lo tendrán que poner otros.
Un abrazo “pintorrojeado”
Esteban

jueves, 11 de diciembre de 2008

ERRE QUE ERRE

He tenido que navegar un rato largo por Internet para poder buscar una noticia “curiosa” que relaje un poco el ambiente después del último post. Al final la he encontrado y, aunque no está muy calentita (es del día 8 de este mes), me ha parecido tan significativa que me he decidido a escribir sobre ella. Supongo que no habréis tardado más allá de un segundo en relacionar el titular de hoy con la famosa película de Paco Martínez Soria ¿verdad? Pues si, ¡habéis acertado! la cosa va por ahí.

El titular es: “Un neoyorquino se gasta 7.500 $ en recurrir una multa de aparcamiento de 115 $”. Al parecer, Simon Belsky, jubilado de New York, le pusieron una multa por aparcar el coche frente a una boca de incendios “que no existía” y ha recurrido a los tribunales para que se la anulen. En el proceso se ha gastado 7.500 $ que piensa reclamar a la ciudad presentando una demanda civil y, si prospera, el dinero lo dedicará a financiar programas educativos para los niños.

No puedo por menos que sentir simpatía por este “quijote” , que lucha contra el poder para exigir justicia y no para conseguir ningún beneficio personal. En este mundo actual, en el que el beneficio propio e inmediato prima sobre todo lo demás, es noticia que haya personas que todavía ponen por encima de todo el valor de la justicia. ¡Es refrescante!.

Las maquinarias administrativas, ya sean municipales, provinciales, autonómicas, estatales o supra-estatales (que complicado se está poniendo esto con tantos niveles de administración) son “ciegas” pero, no con la ceguera de la justicia que se supone que debe ser igual para todos, sino con la ceguera selectiva del que no quiere ver sus propios errores.

El ciudadano, que se supone es el depositario del poder en última instancia, ha pasado a ser “el administrado”, que debe ser tasado, medido y pesado pero al que no se le debe tener en cuenta para la toma de decisiones. Hace algún tiempo hablé con un funcionario de Hacienda que me comentó que había tenido una reunión “con un contribuyente”. El tono usado fue altamente respetuoso, como queriendo indicar que le merecía, efectivamente respeto pero, si analizamos atentamente la palabra, nos damos cuenta en lo que nos hemos convertido. Somos meros suministradores de recursos para que la burocracia siga funcionando.

Me temo que, este caso de hoy, es un caso aislado. Hay que tener mucho valor (y reconozco que también tiempo y dinero) para enfrentarse con los “molinos de viento gubernamentales”. Sin embargo, mientras siga habiendo un solo individuo que lo haga, nuestra dignidad como ciudadanos estará a salvo.

Un abrazo “orgulloso”,

Esteban