No podía ser de otra manera.
Cuando la actualidad (triste, horrenda, vergonzante, increíble…. hoy se me
acaban los adjetivos), manda, pues manda y no hay nada más que hacer. Hoy toca
meterse en el barro hasta los ijares y apechugar con lo que venga.
El titular de hoy es: “20 años para los torturadores de Alba” y hace
referencia a la sentencia impuesta, por la Audiencia de Barcelona, a la madre y
su compañero sentimental, de la niña Alba,
que a los 5 años, sufrió el infierno en la tierra, por todas las vejaciones y
torturas a las que le sometió su padre ante la indiferencia de su madre. La
niña, además, ha quedado incapacitada de por vida no pudiendo hablar ni andar.
Y supongo que, además, ha quedado incapacitada de por vida para amar y confiar
en sus semejantes.
Hay tres factores que hacen de
este “crimen” (no puedo calificarlo de otra manera) especialmente cruel. En
primer lugar el delito es “tortura y vejaciones”, ya de por sí, un delito
abominable, quizás el más abominable de todos. En segundo lugar, el delito se
comete contra un ser indefenso, una niña de 5 años ¿se puede concebir mayor
cobardía?. Por último, el delito es cometido por las personas que debieran
tener mayor interés y responsabilidad en evitarlo, que son los padres.
El compañero sentimental de la
madre (que no es el padre biológico) ha sido condenado a 22 años como “autor
material” pero la madre solo ha sido condenada a 20 años “por ser conocedora de
los hechos y no evitarlos o denunciarlos”. Luego comentaré mi opinión sobre la
longitud de las condenas pero no logro entender por que la madre ha sido
condenada a una pena menor que el hombre. Yo, por mi parte, la hubiera
condenado a una pena mucho mayor. El, puede ser un “jodido sádico” pero, la
madre, “una madre” ¿Cómo puede ver sufrir a su hija
sin hacer nada?
Ya sabéis que, en ningún caso,
voy a defender la pena de muerte pero, esta gente no puede quedar libre en 20
años (menos si se les aplican beneficios penitenciarios), esta gente debiera
acabar sus días en la cárcel. No pueden ni deben
volver a mezclarse con el resto de seres humanos, la mayoría de los
cuales son “hombres de bien”.
Como dije en otro post, solo
puedo pensar que estos “sujetos” están enfermos, muy enfermos, ya que si no
fuera así, mi fe en el género humano desaparecería del todo y ¡yo quiero
creer!.
Un abrazo “horrorizado”
Esteban
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