“In illo tempore”, cuando amenudeaba en otro blog, escribí un posts bajo los
títulos LA EUSKALDUN-ISLAMIZACIÓN y UNA RESPUESTA A ELENA que levantaron
bastantes pasiones. Después de aquellos posts me prometí a mi mismo no volver a
meterme en jardines demasido tupidos pero, como todas las promesas hechas “en
caliente” (por ejemplo las promesas de fin de año), me han durado lo que dura
un caramelo a la puerta de una escuela y me dispongo a romperla “impulsado por
las circunstancias”.
Me voy a referir, como todo el mundo se habrá imaginado, al famoso caso de
Najwa Malha, que tanto ha dado que hablar estos días en los períodicos.
Lo primero que quiero decir es que estoy un poco harto de escuchar el
famoso argumento de que “es ella la que quiere ponerselo”. Por cierto, he
escuchado esta frase en labios de algunos “progresistas de salón”, de esos que
se apuntan a cualquier causa sin saber muy bien de lo que hablan. Espero que
nadie se ofenda por lo que voy a decir pero cualquier persona con una mediana
formación sabe que la capacidad de elegir está intimamente ligada con el
conocimiento, bebe de las fuentes de la diversidad y no puede sobrevivir sin la
libertad. Dudo mucho que una niña o adolescente, aleccionada desde pequeña en
unas ideas religiosas tan sumamente rígidas, tenga la más minima capacidad de
elegir de verdad.
En segundo lugar, me gustaría que ese padre, que clama por la libertad de
su hija para elegir llevar la Hiyab, haciendo uso de los derechos que nuestra
“decadente sociedad” le garantiza, defendiera con el mismo ardor el derecho a
la vida de las mujeres ejecutadas en Sudán, el derecho a trabajar o sacar el
carnét de conducir de las mujeres de Arabia Saudí, el derecho a no ser
mutiladas por la ablación de las mujeres en Somalia o el derecho a ir por la
calle, sin velo, a las occidentales que van a trabajar a Bahrein.
Este país en el que vivimos, no ha mucho “el culo del mundo”, es ahora uno
de los paises más avanzados en términos de derechos y libertades. Estamos tan
avanzados que les damos “sopas con honda” a paises tradicionalmente señeros en
este aspecto, como los países nórdicos. Tan avanzados que superamos a países
con tanta tradición democrática como Francia, por ejemplo, que tiene
regulaciones estrictas para prohibir burkas, hiyabs y demás prendas de este
tipo.
Yo me declaro solemnemente a favor de todo lo que sea aumentar el espacio
de libertad pero, últimamente, me estoy empezando a preguntar si no estaremos
cavando nuestra propia fosa con tanto “talante” y tanta tolerancia. No en vano
dice un refrán castellano “por la caridad entra la peste”.
Un abrazo “preocupado”,
P.D. – Si tenéis curiosidad podéis leer, en estos links, los artículos que
menciono en el post: LA EUSKALDUN-ISLAMIZACIÓN y UNA RESPUESTA A ELENA
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