Hola:
Me acabo de enterar que “Cenicienta”,” Blancanieves” o “La Bella Durmiente” son cuentos que contienen una sucia propaganda machista y en ningún caso debe permitirse que nuestros niños sean contaminados por estos inaceptables contenidos.
Después de casi (pero ¡solo casi! ¿eh?) medio siglo de vida he tenido la suerte de que nuestra ministra de igualdad ha llegado con su caballo blanco y su espada flamigera para liberarme de la iniquidad. Mis ojos se llenan de lágrimas de emoción porque ¿Qué hubiera pasado si tan preclara inteligencia no hubiera estado “al quite” para salvarme? ¿En qué pozo infernal hubiera caído si hubiera seguido leyendo tan peligrosa literatura?.
¡Por Díos! ¡Qué locura se está adueñando del mundo!
Como si en este país no tuvieramos cosas más importantes en que pensar que dedicarse a censurar unos cuentos infantiles.
Un abrazo “estupefacto”,
Esteban
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