Hola:
¡ Ya “la hemos cagado” otra vez ¡.
Con lo bonita que es la tierra “en color” ya la hemos vuelto a pintar de negro.
Está claro que el hombre es el único animal que tropieza doscientas cincuenta mil veces en la misma piedra, o si lo preferís es el único animal que, en lugar de garantizar la supervivencia de la especie, hace todo lo posible por desaparecer. A diferencia de los Lemmings (cuyo comportamiento suicida no es más que un mito), nosotros si nos encaminamos en masa hacia una ordalía colectiva en la que, sin duda, los dioses nos van a declarar “culpables”.
Hay que reconocer que nuestra Madre Tierra tiene un aguante encomiable y digno de la más paciente y amorosa de las madres, una madre que siempre perdona las travesuras de sus hijos. Lo único que me aterra es pensar que, cualquier día (y tiene toda la pinta de no ser un día muy lejano), se le hinchen las narices y pase del cachete (terremotos, huracanes, tsunamis, sequías, inundaciones …) a tomar la decisión de echarnos de casa y entonces ¿dónde íbamos a ir?.
Supongo que se dedicarán todos los recursos posibles a limpiar el desaguisado del vertido de petróleo, recursos que no han sido puestos, cuando había que hacerlo, para evitarlo pero ¿por qué me recuerda tanto este tema al adolescente que no ordena su habitación hasta que su madre se pone seria?. Siguiendo con el símil, espero de todo corazón que no hagamos también como este adolescente, que una vez que su madre sale por la puerta, mete la ropa sucia debajo de la cama y ¡todo sigue igual!.
Un abrazo “asustado”
Esteban
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