La frase completa, atribuida a Diogenes de Sínope
es: “Cuanto más conozco a los hombres, mas quiero a mi perro”
y me viene al pelo para expresar lo que he sentido cuando he leído la noticia
de hoy.
El titular es: “Me atraen las niñas desde que murió mi hija, dice
el asesino de Mari Luz“. El asesino confeso de Mª Luz, que está siendo
juzgado por otro de sus múltiples delitos de violación, realizó estas
declaraciones en un intento de justificar su conducta.
No soy capaz de expresar con palabras todo el asco que me producen este
tipo de delitos. Me desagradan, horrorizan y asustan todos los delitos (cada
uno en la medida de su gravedad) pero la violación y asesinato de una
niña pequeña tiene ese “algo más” que convierte la ira en asco.
A medida que voy cumpliendo años voy perdiendo confianza en el
género humano, hasta el punto en que, “en los malos días” he
llegado a pensar que el cambio climático no es más que una venganza de la
Tierra hacia el desagradable parásito que vive en su superficie. Los actos de
bondad y altruismo (que también los hay) no son suficientes, a mi entender,
para lavar las culpas de la humanidad.
No puedo comprender que es lo que pasa por el cerebro de una
persona que es capaz de mancillar el cuerpo de una niña. Puedo
entender que una persona, en un arrebato, quite la vida de otra pero, tampoco
soy capaz de asimilar que alguien mate a otro “a sangre fria” y, si ese otro es
un niño indefenso, todavía me produce más perplejidad. Es como si mente se
negara a creer que existan personas capaces de realizar estos actos.
Hace unas semanas escribí un artículo sobre un tema relacionado con este
que se llamaba ¿Enfermos
o Delincuentes? en el que no fui capaz de decantarme por una de las dos
posibles opciones. Ya sabéis que soy un enemigo declarado de la “pena
de muerte” pero, os puedo asegurar, que este tipo de delitos me ponen muy
dificil mantenerme en mis convicciones.
Prefiero pensar que es una “enfermedad” y así conseguir dormir tranquilo
por las noches. Si no fuera así, yo, que no soy culpable individualmente, sin
embargo tendría que cargar con la parte de culpa que me corresponde por
pertenecer a “una humanidad” que cría este tipo de individuos.
Un abrazo “asqueado”
Esteban
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