Hoy no voy a hacer trampa. No puedo abstraerme de la realidad, así que
voy a escribir sobre las elecciones a la presidencia de los EE.UU.
Supongo que la mayoría (sobre todo los de “cierta edad”) habréis
reconocido el titular de hoy que, obviamente, hace referencia al título de
excelente película de Stanley Kramer “Adivina quien
viene a cenar esta noche” (Guess Who’s Coming to dinner -1967). Para los
que no la conozcáis, en esta película, protagonizada por Sidney Poitier,
Katherine Hepburn y Spencer Tracy, se escenifica el triunfo del amor (entre una
“blanca” y un “negro”) sobre los prejuicios racistas que persistían en EE.UU.
aun en los años 60s. Es mi película “de cabecera” y os recomiendo que la veáis
o la volváis a ver.
Esta película me viene al pelo para glosar el triunfo de Barak Obama en
estas elecciones. No hace ni 40 años que en algunos estados de la Unión, estaba
prohibido por ley los matrimonios mixtos y ahora, en un suspiro de tiempo
(pensando en términos históricos) un “afroamericano” (o persona “de color” o
“negro”) ha llegado a la Casa
Blanca. Este hecho, que en términos europeos casi no tiene relevancia,
analizado en terminos americanos es casi casi “una nueva revolución”.
Yo no soy experto en política de EE.UU. pero, si me permitís que de mi
opinión, Barak Obama no ha ganado las elecciones, seguramente, por ser “de
color”. Mi impresión es que ha ganado porque representa mejor que nadie a las
“clases medias”. Barak Obama no es un Martin Luther King,
en cuanto no es un idealista carismático ni un Malcolm X en cuanto no
propugna el “black power”. Es más bien un representante de los negros que han
llegado a las clases medias por la vía académica (es Licenciado en CC.PP. y en
Derecho por Harward).
Tampoco podemos analizar las tendencias políticas americanas en función
de su posición izquierda-derecha. Tanto Demócratas como Republicanos
son “de derechas” aunque con ligeros (a veces muy ligeros de verdad)
matices. La izquierda como tal no existe en EE.UU. más que en pequeños
grupusculos sin ningún poder real ni representatividad.
Que nadie espere de Barak Obama una revolución.
Que nadie espere que van a acabar las guerras, que va a luchar decididamente
contra la pobreza en el mundo, que el cambio climático se va a parar porque
EE.UU. va a aceptar Kioto mañana mismo…..
A mi entender, los americanos, esta vez, han elegido bien.
Han elegido “el mal menor” y me parece escuchar un suspiro global entre todas
las personas bien-intencionadas del planeta.
Yo, desde este humilde blog, me uno a este suspiro global y, os
lo tengo que decir, seguramente dormiré un poco más tranquilo esta noche.
Un abrazo “esperanzado”
Esteban
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