Hola:
Hoy me he levantado feliz y contento porque comienza la
campaña del IRPF. A partir de hoy tendré
la oportunidad de contribuir a la mejora de las infraestructuras, la sanidad,
la educación, las ayudas a la dependencia y a labor social de la Iglesia.
El hecho de que “unos pocos rufianes” hayan metido mano a la
caja común, no me debe preocupar y, de hecho, no me va a impedir rellenar los
pocos papelillos que hay que cumplimentar, con la alegría de un niño cuando ve
los regalos que le han dejado los Reyes Magos.
“Hacienda somos todos” es una frase que tengo puesta a la
cabecera de mi cama junto a una estatuilla de la Virgen de Begoña y un
escapulario de San Cucufato.
Hoy, tengo ganas de cantar y saltar, me siento parte de algo
muy grande. Con mi modesta contribución (unas pesetillas de nada en comparación
de mi altísimo salario) sumada a la mayoría de los españolitos de “a pié”, se
pueden hacer grandes cosas. Si añadimos a eso los altísimos impuestos que pagan
las SICAP, los deportistas y grandes hombres de negocios que, por amor al país,
no tienen cuentas en paraísos fiscales ni han fijado su residencia en
Luxemburgo, este país saldrá de la crisis económica y todos seremos felices y
comeremos perdices.
Bueno, os tengo que dejar, porque llaman a la puerta. No sé quién será a estas horas, la verdad,
pero he visto por la ventana una furgoneta de la que salían unos hombres
vestidos de blanco con una camisa “rara”, de esas que se atan por detrás, en la
mano. Parece que es mi día de suerte y
me van a regalar ropa nueva. Ya me viene bien, porque llevo varios días con
el mismo vestido de Napoleón y el gorro de papel en la cabeza.
Un abrazo “para cuando me dejen salir”,
Esteban
4 comentarios:
No tiene guasa mi Esteban ni ná...
jajajaajajajajajaa
:)
Guasa yo? Pero si los vascos somos muy serios... No? Jejeje
Definitivamente, tú eres la excepción, jomío.
ajajaajajajaja
:)
Algun gen perdido por ahi que tengo...... je je je
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