Es muy curioso el hecho de que
la política consiga, a la vez, aburrir y levantar grandes pasiones. El post que
más éxito ha tenido en este blog ha sido uno dedicado a Chavez (titulado UN
MILLÓN DE MOSCAS) y, sin embargo, los posts dedicados a
temas electorales no parecen interesar a mucha gente. Como yo me considero
liberado de la esclavitud del share
(ya pasé el sarampión) procuro escribir sobre lo que me parece interesante “en
si mismo” (esto es un tema subjetivo) y a veces tengo la suerte de que ese
interés coincide con el interés de los demás. Otras veces, mis comentaristas
leen mis posts y, por el tono y forma de los comentarios, veo que tienen
verdaderas dificultades para escribir mientras bostezan pero ¡que se le va a
hacer!.
Hoy toca un tema “polémico”
(sobre todo si mi amigo Revo está por
ahí). Paso sin más al titular: “Raúl
Castro cambia los puestos clave del Gobierno“. Al parecer,
el presidente de Cuba, Raúl Castro, ha aprobado una profunda reforma de su
Gobierno con la fusión de varios ministerios y la sustitución de algunos de sus
titulares, entre ellos los de Exteriores, Felipe Pérez Roque, y Economía, José
Luis Rodríguez. También sale el vicepresidente del Consejo de Estado, Carlos
Lage. Según el comunicado oficial, la decisión se ha tomado en consonancia con
el anuncio de Castro en su asunción presidencial, el 24 de febrero del año
pasado, de reducir y reestructurar la administración del Estado.
No
se si estos cambios son el reflejo de una voluntad de “cambiar algo” en el
régimen cubano o bien son simplemente movimientos de fichas en un tablero
para que “cambiando algo, todo siga igual”. Supongo que el tiempo lo dirá pero,
tal como están las cosas, cualquier cambio en Cuba levanta expectativas. De
todos modos, este titular, que no tiene demasiado interés en si mismo, me da
píe para hablar de la situación de Cuba.
Aquí
donde me veis, durante mis primeros 30 años de vida, fui un verdadero entusiasta defensor de Fidel Castro.
Como muchas otras personas, estaba hipnotizado por las aventuras de los “héroes
de Sierra
Maestra” (Fidel Castro, Camilo Cienfuegos, Ernesto “Che”
Guevara, Ciro Redondo, .…) en su lucha contra el dictador Batista, que
representaba, todos los vicios y la maldad de este mundo. Todavía sigo
tarareando, con verdadero placer, la celebre tonada de Carlos Puebla de la que
he sacado el titulo del post de hoy y de la que no puedo evitar poner aquí su
última estrofa y el estribillo:
………
Así pensaban seguir, jugando a la democracia
y el pueblo, que en su desgracia, se acabara de morir.
Y seguir de modo cruel, sin cuidarse ni la forma,
con el robo como norma… ¡y en eso llegó Fidel!
y el pueblo, que en su desgracia, se acabara de morir.
Y seguir de modo cruel, sin cuidarse ni la forma,
con el robo como norma… ¡y en eso llegó Fidel!
Y se acabó la diversión:
¡llegó el Comandante y mandó a parar!
¡llegó el Comandante y mandó a parar!
Tengo la convicción moral de que los ideales de la “Revolución Cubana”, en sus inicios eran limpios y puros. No tengo ninguna duda de que las personas que comenzaron la lucha deseaban realmente liberar al pueblo de su país de la opresión de una dictadura cruel y perversa. Pero, como en casi todo en esta vida, del romanticismo inicial se pasa a la “vida real” y, desgraciadamente, en la vida real no todo es color de rosa. Cuando toca gobernar, sobre todo si las dificultades son tan enormes, muchos ideales se dejan de lado, primero con repugnancia y pensando que es solo una cesión temporal y luego, simplemente, sin pensar en ellos.
¿Qué
hubiera pasado si los EE.UU. no hubieran establecido, casi desde el primer
momento, una política de estrangulamiento de la economía cubana (mediante un
bloqueo feroz)?. Nunca lo sabremos pero creo sinceramente que las cosas
hubieran sido significativamente diferentes. El efecto perverso de esta
política ha sido, precisamente, el contrario del deseado, ya que ha
justificado, en alguna medida, el enrocamiento de la clase política dirigente
de Cuba.
Hoy
por hoy, pese a quien pese, Cuba es una
verdadera Dictadura que combina los males de las Gerontocracias (al
estilo de la vieja URSS), la Oligocracia (con un estamento perpetuándose en el
poder), los vicios de la corrupción y la autocomplacencia de la clase
dominante. No es ni siquiera una “Dictadura del Proletariado” (en el sentido
leninista del término) o del campesinado, en caso de que alguna vez haya podido
existir en la realidad algo de eso.
Supongo que alguien alegará
cosas como que, en Cuba, hay una “educación universal”, una “sanidad de
excelente calidad” y también universal, etc. Por supuesto, si comparamos la
situación del pueblo cubano con la que tenía en tiempos de Batista, ha mejorado
mucho ¡que duda cabe!. Pero, desde Batista han pasado ya muchos años y,
sinceramente, el nivel de vida del pueblo cubano no es precisamente la quinta
esencia de la sociedad del bienestar.
Mi opinión es que Cuba está ya madura para que una Democracia
representativa real ocupe el lugar del régimen actual. Confío y espero
que la propia dinámica de la historia, que es sumamente terca, les conduzca por
ese camino.
Un abrazo “esperanzado”,
Esteban
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