Mi intención era poner “como titular” la frase LA SEGUNDA VIDA pero,
entonces, muchos de vosotros (que sepáis me he dado cuenta del alto nivel de
perspicacia de los lectores de este blog) os hubieráis dado cuenta enseguida
del tema de hoy y, como sabéis, no me gusta nada ponéroslo demasiado fácil.
¡Si! ¡efectivamente! hoy me toca hablar de SECOND LIFE.
Como todos vosotros sabéis, SECOND LIFE es un mundo
alternativo, en Internet, en el cual puedes interactuar con otras personas
mediante representaciones virtuales de ti mismo, llamadas “avatares“.
La noticia que me ha llevado a tratar este tema es: “Una
británica de 28 años se divorcia tras sorprender a su marido con una prostituta
virtual en Second Life”. No hace falta mucha más explicación ¿verdad?.
Esta noticia, que ha salido en contraportada en la prensa nacional, seguro que
es motivo de comentario en multitud de chats, foros, blogs y demás, así que voy
a ver si soy capaz de darle un enfoque distinto.
En este caso, a diferencia de otros temas tratados, hablo con un cierto
nivel de información ya que conozco “Second Life”. De hecho estuve trasteando
un poco por allí hasta que me aburrí. Descubrí que “sin poner dinero real” no
había mucho que hacer y, desde luego, la técnica no ha avanzado todavía tanto
como para que el famoso mundo virtual sea tan rápido y realista como para
parecer algo vivo. De hecho, si no me equivoco, pasado el boom inicial, el
número de personas que se conectan a SL va decayendo progresivamente.
Lo de menos, a mi parecer, es la noticia del divorcio “en si”. Me parece
una verdadera estupidez pero cada uno es libre de hacer lo que quiera. Si a
todos los que hemos pecado “en pensamiento” y “en palabra” (que no “en obra”),
el conyuge corespondiente nos pidiera el divorcio, no quedaba un matrimonio
unido hace ya tiempo. El o La que esté libre de haber tenido sus
fantasías con la Katherine Z.
Jones o con el George
Clooney (pongo por caso) que tire la primera piedra. Porque
supongo que nadie pensará el que sexo virtual es sexo verdadero ¿no?.
Lo que me preocupa de este tema es la causa de la fascinación que ejerce
para muchas personas el travestirse y vivir “otra vida” diferente a la
cotidiana. ¿Tan mala es nuestra vida cotidiana? ¿Tan vacia es nuestra
existencia que necesitamos evadirnos a “otros mundos”? ¿Tan mal nos sentimos
con lo que somos que necesitamos ser otros durante un rato?.
Permitidme que use, por una vez, una palabra un poco técnica para definir
lo que yo creo que es la causa de esa situación. Creo que nuestra
sociedad está en una situación de “anomia“
(en el uso que se da en Sociología), o lo que es lo mismo “sin normas”. Se han
perdido los valores tradicionales que mantenían el edificio social integrado y
no hemos sido capaces de generar nuevos valores, con la suficiente rápidez,
para vertebrar nuestra sociedad. En esta situación las personas nos sentimos
solos, vulnerables e indefensos y necesitamos construir realidades alternativas
donde estemos “seguros”.
También puede tener algo que ver el hecho de que las nuevas
teconologías nos permiten relacionarnos sin asumir el riesgo que supone el
enfrentarse “cara a cara” con “el otro”. Ese riesgo que siempre existe
cuando se produce un intercambio de ideas, valores, culturas y que desaparece o
disminuye cuando existe un intermediario, como en este caso, un ordenador.
No soy pesimista. La sociedad terminará por integrar nuevas
normas y nosotros acabaremos por asumir estos nuevos patrones de
socialización. Mientras tanto, nos tendremos que contentar con los sucedaneos.
Un abrazo “anomico”
Esteban
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