Curiosamente, toda este reflexión viene a cuenta del siguiente titular de un períodico gratuito “Los hombres, en Euskadi, beben más alcohol que las mujeres”. El artículo cita una encuesta, seguro que sociológica y estadisticamente irrepochable, que da un montón de datos cuantitativos (porcentajes de consumo por sexos, frecuencias de ingestión,…) y cualitativos (tipo de alcohol consumido por sexos).
Este tema me da para un montón de reflexiones pero, en honor a la brevedad, solo voy a hacer tres:
1ª- La propia encuesta ¿que objetivo tiene?. Supongo que algún departamento gubernamental bien intencionado la habrá encargado para pensar en establecer políticas activas de reducción del alcoholismo, pero me temo que acabará siendo usada por las grandes productoras de alcohol para definir, aun más, la población objetivo.
2ª- Volvemos al juego de hacer diferencias entre los sexos. Que nadie se preocupe por este tema ya que, estoy seguro, las mujeres pronto se equipararán a los hombres en este tema (como ya lo han hecho con el consumo de tabaco). Como véis, de manera nada subliminal, sigo en mis trece en la crítica del error que cometen algunas mujeres al pensar que la equiparación con los hombres supone adoptar los malos hábitos de estos.
3ª- Creo que esto no lo había mencionado antes, pero los hombres beben más vino y las mujeres más refrescos (lease aquí la famosa marca de cola de origen americano). Está claro que los hombres son más patriotas ya que consumen producto nacional mientras que las mujeres sucumben con más facilidad al imperialismo yanqui. ¡He aquí otra diferencia entre sexos!
En fin, que hoy me despido de vosotros con una copa de vino en la mano (en sentido figurado, claro está, porque yo a estas horas solo tomo café en cantidades industriales) brindando porque bebáis con moderación ya que “lo bueno si breve dos veces bueno“.
Como me suele decir un tio mío, al que tengo en gran aprecio: “sed moderadamente felices“.
Un abrazo “moderado”,
Esteban
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