Tenía la intención de escribir algo sobre el “1º de Mayo” ya que ese seguramente no tendré tiempo de hacerlo. La realidad, como siempre, es muy terca y me ha cambiado el tema a su capricho. Sin embargo, el tema del post de hoy está bastante relacionado con el que tenía pensado así que ¡no me quejo!.
El titular de hoy es “El paro alcanza los 4 millones“ y supongo que no requiere mucha explicación adicional. Solo deciros que esta cifra nunca antes se había alcanzado en España y que supone un 17,36% de la población activa, o lo que es lo mismo, casi uno de cada cinco personas en edad de trabajar no puedo hacerlo por la sencilla razón de que ¡no tiene trabajo!. Las previsiones del gobierno, que situaba la tasa de paro para fin de este año en un 16% aproximadamente, se ven así desbordadas por la realidad de una manera tan rotunda que, la verdad, asusta.
No quiero generalizar, Díos me libre, pero tengo la impresión de que, los políticos y tecnócratas, manejan estas cifras como si estuvieran contando sacos de trigo o cabezas de ganado. Ponen cara triste por que es “lo que toca” pero no se si alguna vez se paran a pensar que detras de todos y cada uno de esos 4 millones hay un drama de díficil comprensión. No solo son las penurias económicas que se le avecinan a corto plazo, no solo es el problema para poder conservar sus pocas posesiones sin que los buitres acreedores se abalancen “babeando” sobre ellas. También es la pérdida de autoestima que sufre el parado. También son las noches sin dormir. También son las lagrimas derramadas, muchas más de 4 millones, que si se pusieran todas juntas en un solo sitio seguramente arreglarían el problema de la sequía en el sud-este español.
Además, no lo olvidemos, cada persona que “cae en el paro” forma parte de una cadena que afecta a su entorno por lo que cuatro millones de parados suponen, realmente, muchas más personas afectadas. Están los familiares cercanos que, si pueden, tendrán que ayudar económica y moralmente al parado y su familia, están los amigos que tendrán que consolarle y apoyarle, está por ejemplo, el tendero de la esquina que tendrá que venderle “al fiado” mientras pueda aguantarlo. Muchos millones de dramas dentrás de una fria estadística ¿verdad?.
Haciendo una pirueta (que tenía prevista desde el principio, no os voy a engañar) os recuerdo que el 1º de Mayo es un día “de lucha”. Aun cuando, desgraciadamente como otras fechas conmemorativas, ha perdido su valor simbólico y se ha convertido en una excusa más para “hacer puente”, no debieramos olvidar que representa la lucha de los trabajadores por unas condiciones de trabajo más justas y humanas. No digo que tengamos que salir a la calle detrás de una bandera roja. No digo que tengamos que gritar como posesos consignas prefabricadas. Lo que digo es que dediquemos, ese día, unos segundos a pensar en su significado. Unas personas perdieron su vida hace mucho tiempo, al otro lado del oceano, para luchar por la jornada de 8 horas pero ahora, la lucha que toca, no es por el número de horas a trabajar sino por el propio “derecho al trabajo”.
Esta maldita crisis no la han creado los trabajadores sino “los ricos”. ¿Por que tenemos que pagar nosotros los platos rotos?.
Un abrazo “preocupado y soldiario”,
Esteban